Museo del Prado retira obra de “impostor” en muestra de mujeres pintoras

La historiadora del arte Concha Díaz descubrió el error del recinto

Reuters

El Museo del Prado tiene un renombre mundial a prueba de todo. Bueno, de casi todo. Porque el pasado 14 de octubre en la noche tuvo que retirar una obra de la muestra intitulada Invitadas, muestra dedicada a pintoras, cuadro que en realidad fue pintado por un hombre.

Y no es para menos, porque este recinto de la ciudad de Madrid, en España, realizó esta exposición con el fin de dar a conocer el trabajo y la concepción artística de varias artistas españolas, así como reflexionar sobre el papel de las mujeres en el arte español entre los años 1833 y 1931

Abierta desde la semana pasada, la muestra Invitadas es la primera que el Museo del Prado monta luego de la reapertura de las galerías españolas en junio pasado, debida al confinamiento social por la pandemia mundial de coronavirus. 

El cuadro “Escena de familia”, que se exhibía con la autoría de la artista andaluza Concepción Mejía de Salvador, es un lienzo muy mal conservado que formaba parte de la muestra temporal de 134 obras.

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El propósito del equipo de curadores del Museo del Prado al exponer “Escena de familia” en una sala expresamente para este cuadro, era resaltar la marginación histórica de las artistas mujeres.

Pese al deterioro de su estado, la imagen enmarcada es elocuente: representa a tres mujeres que miran hacia arriba a un anciano que se despide tristemente de un niño, mientras realizan labores domésticas.

Tarea pendiente para el Museo del Prado

Concha Díaz Pascual, en su blog Cuaderno de Sofonisba, fue la crítica que develó la verdadera identidad del cuadro “Escena de familia”, cuyo título tampoco es el correcto.

De hecho, el cuadro, atribuido en la muestra a Concepción Mejía de Salvador, corresponde en realidad al pintor Adolfo Sánchez Megías (1864-1945), y su verdadero título es “La marcha del soldado”.

Díaz Pascual, en su blog, siguió un rastro en papel de registros históricos hasta descubrir la verdadera identidad de la obra, la cual en sí misma contenía una pista más que sustancial: la firma arremolinada distintiva del artista se puede ver débilmente en la esquina inferior derecha.

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En un comunicado, el Museo del Prado destacó que la obra en cuestión le llegó en 2016 procedente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, con los datos de referencia que se mostraron al inicio en Invitadas

El comunicado concluye de la siguiente forma: “esta institución agradece la aportación crítica de Concha Díaz Pascual, que demuestra la valía y capacidad de los profesionales y amantes del arte y, al tiempo, enriquece la labor de investigación y difusión del museo”. 

El error del Museo del Prado es una muestra más de que en cuestiones de género, hay mucho por aprender todavía.

Con información de Reuters