La sola foto lo muestra todo: Machu Picchu, normalmente abarrotado, tiene un solo visitante, con todo y cubreboca. Luego de permanecer cerrado durante 7 meses, este destino icónico de Perú admitió a Jesse Takayama, ciudadano japonés, quien obtuvo un permiso especial para esta peculiar aventura. º
Todo comenzó el 14 de marzo de 2020, cuando Jesse, un instructor de boxeo de 26 años de edad que nació en la ciudad japonesa de Nara, arribó a la localidad de Aguas Calientes, donde una gran cantidad de viajeros comienza su aventura inca por la ciudad de Machu Picchu.
Allí Jesse alquiló una pequeña habitación desde ese día, pues llegó con un claro objetivo en mente: entrar, como lo marcaba su boleto, el 16 de marzo a este destino que es la ciudadela inca más reconocido en el mundo.
Pero la pandemia mundial por coronavirus irrumpió en el orbe, y el gobierno peruano suspendió el ingreso al mítico Machu Picchu.
De esta forma, Jesse Takayama ha sido un vecino involuntario de los habitantes de Aguas Calientes, quienes ya lo saludan como uno de los suyos. Pero no ha perdido el tiempo, pues en estos meses en que Perú cerró sus fronteras, ha dado clases de boxeo a algunos niños de la localidad, y ha visitado lugares cercanos como la montaña Putucusi.
El mismo Jesse comentó a CNN que cuando le sea posible, regresará a su localidad de Osaka para abrir su propio gimnasio; mientras, con su experiencia como instructor de boxeo para menores de edad, se está fogueando y perfeccionando sus movimientos.
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Jesse Takayama gets to experience a tourist-free Machu Picchu while stuck in Peru during the pandemic. Photo: Andean Roots Peru/Facebook https://t.co/yTgFrmu4nh via @TravellerAU
— Japan Guide (@Japan_Guide1) October 17, 2020
Machu Picchu fue posible
La historia de Jesse, hasta aquí, parecía una alegre coincidencia. Hasta que se le terminó el dinero. Fue entonces cuando pensó que su visita pendiente a Machu Picchu se quedaría sólo en las vistas lejanas que había tenido en sus paseos, pues tendría que regresar a su natal Japón.
Pero su suerte cambió. O su destino se cumplió. Luego de haber ingresado a la empresa turística local Andean Roots Perú, recibió del Ministerio de Cultura de Perú un permiso especial para entrar solo a Machu Picchu. O casi solo.
José Bastante, jefe del sitio arqueológico, y dos fotógrafos fueron los únicos acompañantes Jesse en esta visita quizá única a esta que es considerada una de las siete nuevas maravillas del mundo moderno.
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La visita
Hay solo dos imágenes de Jesse Takayama en su cuenta de Instagram. Una tomada por CNN Brasil, con Machu Picchu a su espalda, y otra en un pasillo de la ciudad inca, en la cual sostiene sólo una cámara fotográfica en su mano izquierda. En ambas agrádece a la gente de Perú por esta insólita visita.
Unos días antes había declarado a CNN: “pensé que nunca llegaría a Machu Picchu, ya que esperaba que no abriera en este año. Pero estaba bien porque lo pasé muy bien aquí”, ya resignado. Hasta que llegó el permiso especial.
Sobre esa visita, Alejandro Neyra, ministro de Cultura de Perú, aseguró que “el ciudadano japonés ha ingresado junto con nuestro jefe del parque para que pueda realizar esto antes de volver a su país”.
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Machu Picchu, antes de la pandemia, era visitado por unas dos o tres mil personas al día, en promedio. Ahora, este sitio había indicado que abriría en noviembre, aunque después indicó que no antes de ese mes; cuando esto suceda, será con un aforo de 30%, de acuerdo con los protocolos de seguridad e higiene, es decir, aproximadamente unas 675 personas cada día, respetando la sana distancia, con uso de cubreboca y en grupos de máximo 8 visitantes.
Luego de despedirse de los habitantes del pueblo, que ahora son sus amigos, y de los niños que fueron sus alumnos durante 7 meses, asegura a CNN: “definitivamente voy a llorar. Estos siete meses han sido muy especiales para mí. He descubierto una nueva parte de mí”.