Al igual que el pan de muerto, la ofrenda para darle la bienvenida a nuestros seres queridos durante el Día de Muertos, es una celebración en la que se mezclan dos culturas diferentes.
Algunos elementos de la ofrenda —como las veladoras y ceras— provienen de la cultura europea, mientras que algunos otros provienen de las culturas originarias —como la flor de cempasúchil—.
Y aunque como todas las tradiciones que sobreviven a lo largo de las décadas, incluso siglos, la ofrenda de Día de Muertos debe llevar una serie de elementos esenciales para no perder la esencia espiritual. Te decimos cuáles son esos elementos y su significado.
Componentes de la ofrenda
- Agua
Simboliza pureza del alma, además de representar la vitalidad que nos proporciona el agua para que nuestros muertos se sirvan de este líquido después de su largo recorrido.
- Sal
Elemento de purificación para que el cuerpo no se corrompa
- Veladoras
Antes de la llegada de los españoles, los pueblos precolombinos utilizaban rajas de ocote, es por eso que más que las veladoras en sí mismas, la luz significa mucho dentro de la ofrenda.
La luz significa guía en su camino de regreso. De hecho, se recomienda usar una vela por cada difunto.
- Copal e incienso
También fue el incienso uno de los elementos que llegaron con los españoles y es utilizado para ahuyentar a los malos espíritus.
- Flores
Además de amenizar el ambiente, también acompañan a las ánimas de los niños.
El izcuintle, ese perrito entrañable, es esencial para los pequeños, pues los ayuda a cruzar el río Chiconauhuapan, que es el último paso para llegar al Mictlán.
Algunos otros elementos esenciales son el pan y las cañas. Los que se han añadido a lo largo de los años, sin ser sumamente esenciales, son los retratos de las personas fallecidas, el mole o las calaveritas de azúcar.