El futbol es por excelencia considerado uno de los deportes más hermosos del mundo gracias a las masas que mueve; sin embargo, ¿se imaginan ver las estrellas o auroras boreales desde un césped de futbol? Por estrellas no nos referimos a figuras de talla mundial como Messi o Cristiano Ronaldo, sino cuerpos celestes. En Noruega es posible.
Este deporte se practica en casi todos los rincones del mundo y Noruega no podía ser la excepción. En la pequeña ciudad de Henningsvaer se encuentra la que posiblemente sea la cancha de futbol donde cualquiera quisiera desparramar talento, en una de las zonas más hermosas y recónditas de este país.
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En este impresionante templo del futbol no se practica este deporte a nivel profesional. Es un césped artificial sin gradas que puede ser utilizado por cualquier apasionado del futbol, así se dio a conocer en una publicación de National Geographic.
Aquí es imposible jugar a nivel profesional ya que debido a su ubicación y estructura todos los balones caerían al agua. Pero no por eso deja de ser impresionante, por las noches el balón puede seguir rodando gracias a la luz artificial. Sin embargo, ese no es todo el encanto pues con un poco de suerte se pueden observar auroras boreales.
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El Henningsvaer Idrettslag Stadio no puede ser considerado como estadio, pues alrededor del majestuoso césped únicamente hay una cinta de asfalto y un terreo escarpado que cobija a la cancha.
La ciudad de Henningsvaer cuenta con 946 habitantes, quienes viven distribuidos a lo largo de los diferentes islotes y es considerado un pueblo pesquero por su ubicación en el archipiélago de Lofoten, Noruega.
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El club que juega de local en esta impactante cancha de futbol es el Henningsvaer Il, que durante el año organizo duelos amateurs, con torneos para niñas y niños que gustan de este deporte.
En las instalaciones hay una cabaña, cafetería y baños, además, también se puede rentar para organizar eventos privados, siempre y cuando se respete el reglamento del club.
La fama de este gélido césped comenzó en 2017 cuando el fotógrafo Grim Berge capturó con su dron la cancha y la viralizó en su cuenta de Instagram. La escena se volvió épica al ver a unos chicos jugando futbol en medio de picos nevados, misma que formaba parte del documental ‘Noruega icónica’.