Lejos de París, capital de Francia, existen hermosos lugares que parecieran de ensueño, como Les Calanques.
Entre Marsella y Cassis se halla un paraje de blancos y abruptos acantilados conocido como Les Calanques, con numerosas calas de ensueño a las que se accede por escarpados senderos. Sus cordilleras de picos blancos como la nieve se bañan entre las aguas del Mediterráneo.
Presencia pétrea de Les Calanques
Sus picos están conformados por roca caliza, brillante y ligera. Este material fue empleado para la construcción del Faro de Alejandría y el Canal de Suez, pues su resistencia la hace inquebrantable ante el agua.
Por otra parte, las cimas están repletas de pinos blancos de Provenza, donde mueren los arroyos que brotan de los montes, formando pequeños valles que reciben el nombre de calancos, que son una especie de fiordo tallado con dureza por el clima mediterráneo.
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Les Calanques goza de un ecosistema muy particular, es un microclima seco y casi sin tierra, donde la roca aflora por todos lados, dejando poco lugar para la vegetación. En total hay 10 calanques hasta Marsella, cada una con nombre propio y características únicas. Algunas son accesibles sólo por mar, mientras que al resto se llega en coche o caminando.
Se puede arribar a este precioso lugar por barco, desde el Puerto Viejo o Puerto de la Pointe Rouge de Marsella, donde zarpan las excursiones que duran aproximadamente dos o tres horas. También se puede llegar por tierra, por medio de la cala más accesible de Port Miou.
Una de las calas más imponentes del lugar, además de ser la más apreciada por los escaladores, es la de En-Vau, cuya playa de arena blanca y agua cristalina lleva a la Gruta del Diablo, una cueva que fue esculpida por las olas del mar.
Cerca de ahí se encuentran las crestas calcáreas de Castelviel, desde cuya cima se puede obtener una de las mejores vistas del lugar.
El agua que corre entre los calanques es traslúcida y el Sol golpea con fuerza, iluminando la entrada de los cuerpos cavernosos propiciados por la caliza, dándole a Les Calanques la apariencia de un enorme queso gruyere.
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Les Calanques era el refugio perfecto para piratas, quienes agazapados tras los escollos, aguardaban la noche para lanzarse sobre sus víctimas. Miles de años antes, la gruta de Trémies, en el corazón de este sitio, esconde uno de los últimos refugios del Homo neanderhalensis.
Les Calanques son el destino ideal para olvidarse del mundo y caminar en sus playas de ensueño, revestidas por imponentes calas.