Recientemente Netflix estrenó una serie documental que trata sobre la desaparición y muerte de Elisa Lam, una joven de 21 años, en el Hotel Cecil, cuyo cuerpo apareció en un tanque de agua en la terraza tras una conducta extraña en un ascensor, lo cual alimentó la leyenda siniestra del edificio que se encuentra en el barrio Skid Row, en Los Ángeles.
El ‘Stay on Main‘, anteriormente conocido como Hotel Cecil, se ubica en la 640 S. Main Street, el cual fue fundado en 1927. Sin embargo, el caso de Elisa Lam se sumó a una larga lista de catorce suicidios y siete crímenes comprobados, los dos asesinos seriales que tuvo entre sus huéspedes y los espectros en sus ventanas.
El Hotel Cecil también ha sido llamado «Hotel Muerte» o «El Suicida«, gracias a la macabra reputación que gira en torno a esta alojamiento, acompañada de una imaginación desenfrenada. La leyenda nació allá por al año 1924, cuando tres empresarios (William Banks Hanner, Charles L. Dux y Robert H. Schops) querían construir un imponente hotel en la ciudad de Los Ángeles. Su diseño corrió a cargo del arquitecto Robert H. Schops y, el responsable de construirlo fue W.W. Paden.
Tras la gran Gran Depresión de 1929 y la profunda crisis económica que azotó al mundo entero, los empresarios decidieron abaratar los precios y alquilar las habitaciones a largo plazo. Lo que dio origen a que se dieran cita personales siniestros de todo tipo y el hotel que aspiraba ser un cinco estrellas se convirtió en un sucio y peligroso alojamiento.
En los años 40′ se buscó que el Hotel Cecil recobrará su esplendor; sin embargo, el área de Skin Row se convirtió en una zona roja llena de indigentes, prostitutas, adictos y asesinos. En aquellos tiempos, los criminales que eran detenidos por la policía solían ser residentes habituales de este hotel.
Te podría interesar: Walt Disney Center Concert Hall, un hito arquitectónico en Los Ángeles
En aquellos tiempo, solía decirse que aquellos que no tenían dinero y estaban desesperados, el Hotel Cecil era el sitio adecuado para ir a acabar con todo. El primer suicidio data del año 1931, cuando W.K. Norton, de 46 años, murió en su habitación tras ingerir veneno.
En 1932, Benjamín Dodich, de 25 años, fue hallado sin vida por la mucama del hotel tras dispararse en la cabeza. En 1934, Louis Borden, sargento del Cuerpo Médico del Ejército de los Estados Unidos, se rebanó el cuello con una navaja tras escribir cartas suicidas.
En 1937, Grace Magro, cayó del noveno piso y su cuerpo se atoró entre los cables. Para 1938, Roy Thompson, bombero de la Infantería de Marina de los Estados Unidos, se arrojó del último piso. En 1939, Erwin Nablett, oficial de la Armada, ingirió veneno y fue hallado sin vida. En 1944, Dorothy Jean Purcell, dio a luz a un bebé, el cual pensó que estaba muerto y lo arrojó por la ventana, por lo que fue acusada de asesinato; sin embargo quedó libre de culpa por demencia.
En 1947, Robert Smith se arrojó por la ventana del séptimo piso. Ese mismo año, la camarera Elizabeth Short, fue vista por última vez tomando una copa en el bar del hotel; sin embargo, el 15 de enero de 1947, su cuerpo fue encontrado sin vida y con huellas de tortura, además de estar seccionado en dos.
Curiosamente, días antes del asesinato, se estrenó la cinta «La Dalia Azul«, la cual narraba la desaparición de una chica a la que posteriormente encontrarían muerta. La autopsia de Short arrojó marcas por ataduras en muñecas y tobillos.
En 1954, Helen Gurne se arrojó del séptimo piso. En febrero de 1962, Julia France Moore hizo lo propio desde el octavo piso. Es mismo año las desgracias continuaron y en octubre, Pauline Otten, se lanzó del noveno piso tras discutir con su esposo, cayendo sobre un peatón llamado George Gianinni, el cual también perdió la vida.
En junio de 1964, Goldie Osgood fue encontrada muerta en su cuarto: había sido violada, apuñalada y estrangulada con una alfombra. Sin embargo, los suicidios y crímenes continuaron y en 1975, una mujer que se registró como Alison Lowell se tiró al vacío del doceavo piso.
Entre 1984 y 1985, el asesino serial Richard Ramírez, se alojó en el Hotel Cecil y según las historias, un día llegó al Hotel Cecil bañado en sangre sin que nadie le cuestionara el por qué. Este asesino había decidido alojarse en este inmueble ya que merodeaba a sus víctimas en la zona de Skid Row, por eso se cree que el hotel fungió como base de operaciones para cometer sus fechorías.
Richard Ramírez fue aprehendido en 1985 gracias a la descripción de una de sus víctimas y fue condenado en 1989, pero murió en 2013, el mismo año en que sucedió la cruenta historia de Elisa Lam.
Basado en la historia de Elisa Lam, en febrero de 2013, los huéspedes del Hotel Cecil se quejaron con el personal del hotel sobre la baja presión del agua y el extraño sabor que esta tenía. Al inspeccionar uno de los tanques de la azotea develó el problema: el cuerpo sin vida de la joven estudiante yacía sin vida y en avanzado estado de descomposición.
Te podría interesar: Los Ángeles: La historia detrás de la ciudad del cine
Su muerte dio paso a muchas suposiciones, de las cuales muchas rayaban en lo paranormal, ya que en las grabaciones se puede ver a Elisa Lam en uno de los ascensores del hotel, actuando de forma extraña. Lo cierto es que su muerte no es del todo clara, menos cuando uno se pregunta cómo logró subir al techo, entrar al tanque de agua, cerrando la tapa detrás de ella.
Existen diversas hipótesis en torno al hecho, pero lo único cierto es que se determinó que Elisa Lam murió por ahogamiento accidental. Actualmente el Hotel Cecil es conocido como Hotel Stay on Main y desde 2017 es considerado un sitio histórico y cultural de Los Ángeles, por su importancia arquitectónica.