La Toscana guarda innumerables tesoros naturales, arquitectónicos, históricos y culturales de Italia y principalmente de esta región. Uno de ellos son las Termas de Saturnia, un paraíso mágico que parece de otro planeta, donde no solamente se disfruta de la belleza del lugar, sino también del efecto medicinal de sus aguas ricas en sulfuro.
Las Termas de Saturnia son las más conocidas de la Toscana, junto a las de Bagni San Filippo, las Termas de Montecatini o Bagno Vignoni. Estas imponentes aguas termales reciben año con año a miles de visitantes que gustan de practicar del turismo de bienestar o de salud.
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Este oasis natural cuenta con un gran número de piscinas naturales donde corre agua del río Gorello que nace en el Monte Amiata, un volcán que se extinguió hace algunos años, cuyo cause tiene una longitud de un kilómetros y discurre entre un bosque que cubre varias pozas a lo largo de su curso.
La belleza de este lugar radica en la hermosura de sus piscinas naturales escalonadas con pequeñas cascadas -las llamadas Cascadas del Molino-, y en la gran cascada, dentro de un hermoso enclave natural.
Sus piscinas naturales son de color blanco a causa de la piedra calcárea y sus aguas sulfúreas son humeantes debido a la temperatura constante de 37°C, y su caudal es abundante durante todo el año.
Sus aguas son terapéuticas ya que cuentan con azufre, sulfato, carbono y bicarbonato de calcio, que las hacen perfectas para los amantes del wellness o turismo de bienestar.
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Otra de las ventajas de las Termas de Saturnia es que no están muy explotadas desde el punto de vista turístico pese a que son abiertas a todo público y no se paga entrada; sin embargo no hay restaurantes, bares, estacionamiento ni iluminación, lo que hacen que no sean tan explotadas pese a su belleza.
Según la leyenda, las Termas de Saturnia se originaron por el enfado de Saturno con los humanos, por lo que lanzó rayos contra el Monte Amiata e hizo surgir agua sulfúrea.