Aquellos que son viajeros de corazón, por lo menos una vez en su vida se han aventurado por la antigua Ruta de la Seda para recorrer los países que en su momento integraron este recorrido, mismo que tomó el nombre del valioso producto que conquistó ciudades y naciones, al circular desde el lejano oriente hacia territorios occidentales.
Sin embargo, este preciado material no fue el único enlace entre dos mundos completamente desconocidos el uno para el otro. El legendario camino, además de su esencia comercial, fungió como hilo conductor de cultura, conocimiento, arte, gastronomía y mucho más, para unir a estos escenarios geográficos.
Con el tiempo, se formaron asentamientos en algunos puntos de la travesía, paradas necesarias para descansar, comer, beber y adquirir víveres que permitían dar continuidad al viaje, que conectaba a la antigua China con Estambul, desde Xi’an hasta Constantinopla, arrastrando así costumbres, creencias, tradiciones y mucho más.
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Xi’an es la antigua capital más influyente de 🇨🇳 que sintoniza la cultura milenaria y moderna. Como punto de partido de la antigua ruta de la seda, Xi’an da continuidad al espíritu de paz, cooperación, apertura, inclusión, aprendizaje y ganacia mutuos.https://t.co/7FSqAGndKr
— Embajada de China en Argentina (@ChinaEmbArg) December 9, 2020
¿Cuál es el origen de la Ruta de la Seda?
De acuerdo con los historiadores, los orígenes de la Ruta de la Seda se remontan probablemente al año 2000 a. C., cuando los chinos establecieron vías de comunicación con las regiones desérticas y montañosas del este de Asia Central. Pero fue en el siglo IV a.C. cuando tomó un impulso impresionante.
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Gracias a las campañas militares de Alejandro Magno, el comercio chino se logró extender hasta el Mediterráneo. Así, el conquistador levantó un imperio que abarcaba desde Grecia y Egipto hasta Bactria, -norte de Afganistán-, además de la parte septentrional de la India. Con ésto, mantuvo un control absoluto en los territorios occidentales de este camino.
Las principales ciudades de esta travesía fueron Xi’an, Lanzhou, Dunhuang y Kashgar en China; Samarcanda y Bujara en Uzbekistán; Bam en Irán y Estambul en Turquía. Se dice que el explorador y geógrafo alemán Ferdinand von Richthofen, al recorrer su trazado, decidió llamarlo Seidenstrasse –Ruta de la Seda-, en 1877.