Si bien es el país más feliz del mundo, el talón de Aquiles de Finlandia es su escasa mano de obra, pues se le dificulta solucionar este problema, considerado como uno de los más graves de Europa, así como su crisis demográfica, que pretende contrarrestar con trabajadores extranjeros.
De acuerdo con la agencia Talented Solutions, Finlandia es reconocida a nivel mundial, porque necesita un número impresionante de personas que puedan ayudar a cubrir los costes de la generación envejecida.
Es una realidad que vive la mayoría de países occidentales, pero es esta nación escandinava -de 5.5 millones de habitantes- la que más padece el envejecimiento demográfico y presenta el mayor déficit de trabajadores calificados dentro de la OCDE.
Recordemos que a principios de año, Finlandia fue clasificada por cuarto año consecutivo, como el país más feliz del mundo, pero entre sus desventajas, cuenta con cuatro mayores de 65 años por cada 10 personas en edad de trabajar.
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Happy Midsummer! Enjoy chill out summer beats and beautiful island views of Finland in a music video (live in Youtube 26th June) by @yottomusic, filmed on the island of Bengskär and in Kasnäs. #VisitFinland https://t.co/Au7wUiHUEi
— Visit Finland (@OurFinland) June 25, 2021
¿Por qué Finlandia sufre de mano de obra?
Además, se dice que para 2030, esta proporción subirá a uno por cada dos, lo que la situaría solo por detrás de Japón a nivel mundial. De acuerdo con el gobierno del país finés, se calcula la necesidad de un saldo migratorio positivo de 20 mil a 30 mil personas cada año, es decir, el doble del actual.
Dicho dato, podría mantener sus servicios públicos y los cuidados geriátricos en su nivel de excelencia y compensar el inminente déficit en el sistema de pensiones que existe en Finlandia. Es la razón por la que se lanzó desde hace cuatro años el programa gubernamental “Talent Boost” (Impulso al talento), para aumentar el atractivo laboral del país.
Entre los problemas por los que Finlandia sufre para captar talento extranjero están: la dificultad de su idioma, su dureza climática y también cierta cerrazón en su tejido empresarial, a pesar de sus buenos servicios públicos, bajo nivel de criminalidad y desigualdad.
“Un gran número de empresas y organizaciones finlandesas están muy apegadas al uso del finés, y de un finés muy fluido. Pero como la falta de mano de obra se agudiza, vemos empresas que buscan otras soluciones”, compartió el cazatalentos Saku Tihveräinen.