La Navidad es una de las celebraciones más esperadas del año y suele relacionarse con el nacimiento de Jesús; sin embargo, existió una fiesta pagana que nada tiene que ver con el cristianismo pero terminó fusionándose con él para dar paso a lo que hoy conocemos como navidad.
El nombre de esta celebración es Yule, y según la BBC, es la celebración del solsticio de invierno y es una de las tradiciones más antiguas del mundo.
Se conoce poco de esta celebración; sin embargo, existen algunos datos que no permiten conocer más sobre ella. Yule, en nórdico antiguo los términos «Jol» o «Jul» hacen referencia al sol y forman parte de uno de los múltiples nombres dados al dios Odín: Jólfadr. En anglosajón «hwéol» se atribuye a «rueda», lo que hace referencia a la creencia de que el sol giraba a lo largo del año.
Es importante mencionar que aunque el solsticio de invierno cae el 21 o 22 de diciembre en el calendario natural, en el juliano esto sucedía justo el 25 de diciembre (Navidad). Se cree que el Yule podía durar entre 12 días y un mes entero.
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En muchas sociedades antiguas veían al invierno como una temporada bastante incierta, ya que como es bien sabido existen lugares donde no ven el sol durante meses.
Para los pueblos nórdicos o anglosajones algunos dioses eran asociados con el Yule. Se creía que Odín liberaba una cacería con otras deidades por el cielo, durante la cual recolectaban los espíritus de los muertos, así como de cualquier ser vivo que se alejara de su hogar por la noche. Razón por la cual sacrificaban a un jabalí, para garantizar la seguridad del dueño del hogar.
De esta festividad surgió la tradición del tronco navideño, lo que hoy en día mutó y se transformó en un arbolito de navidad. En esta temporada se creía que el sol dejaba de girar y, para hacer que volviera a moverse se encendía un tronco; los restos del tronco se guardaban para prender el del año siguiente.
Mientras que el muérdago en las entradas de las casas era utilizado como símbolo de hospitalidad y servía para alejar los malos espíritus.
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