Cada puerto, playa y mar, sufre de diferente manera las afectaciones de cambiar el ecosistema natural al poner un puerto comercial. Sin embargo, la alteración de aguas naturales por el derrame de contaminantes también pueden resultar muy dañinos para la salud.
Uno de los principales contaminantes cerca de los puertos sin duda es el petróleo, el cual se conforma de componentes químicos como hidrocarburos que son tóxicos para el ser humano. Por ejemplo, el benceno, el cual puede entrar por la vía respiratoria o absorberlo por la piel, causan irritación en piel, ojos y parte superior del tracto respiratorio. En los casos menores puede a llegar enfermedades respiratorias como asma, pero también es considerado cancerígeno.
Por otro lado, los metales pesados utilizados dentro de los puertos, también tiene componentes venenosos y tóxicos para el humano. Tal es el caso del arsénico y el cadmio.
De hecho, hay quienes no sólo recomiendan no nadar cerca de un puerto, ¡ni siquiera vivir o estar cerca! Los motores diesel utilizados por toda la maquinaria de carga emiten contaminantes atmosféricos que producen cáncer. Incluso, se ha detectado que 70% del cáncer está relacionado con la contaminación atmosférica.
Curiosamente, comúnmente se le tiene mayor miedo a las plantas de energía y refinerías, sin embargo estudios han detectado que la contaminación atmosférica proveniente de los puertos es muy similar.
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Por si fuera poco, las aguas contaminadas también provocan que los peces y plantas se infecten. Por lo que los pescados provenientes de aguas cerca de un puerto también pueden causar daños estomacales. Así que ya sabes: no nades, ni comas y mucho menos vivas cerca de un puerto.
