El estado de Guerrero posee majestuosos tesoros naturales, Playa las Gatas es uno de ellos, con sus impresionantes aguas verdiazules a y sus arenas grises y tersas, bañadas por el cálido sol de la costa de Zihuatanejo.
Playa las Gatas se encuentra al sur de la bahía de Zihuatanejo, donde se respira paz y tranquilidad, en medio de un oasis costero bañado por las imponentes aguas del Océano Pacífico.
Su peculiar nombre se debe a que hace algunos años habitaban aquí una gran cantidad de peces gata o tiburones gata, especie inofensiva que no cuenta con dientes.
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Playa las Gatas no solo atrae a propios y a extraños por su característico nombre, sino por su encanto y la pasividad con la que el tiempo pasa en este templo natural de la relajación.
Playa las Gatas, una piscina natural
Esta playa guerrerense tiene una extensión aproximada de 250 metros y se encuentra lejos del ruido, las aglomeraciones y el bullicio. Otro de sus encantos es que casi no tiene olas ya que cuenta con un rompeolas construido por los lugareños originarios.
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Se dice que este rompeolas fue mandado a construir por el rey tarasco Caltzontzin con el fin de disfrutar de una impresionante piscina natural; sin embargo, se desconoce a ciencia cierta el verdadero propósito de su construcción.
Playa las Gatas es perfecta para aquellos que gusten de practicar snorkel y contemplar las maravillas submarinas a baja profundidad, así como para los amantes del buceo, quienes se dan cita en este destino turístico para admirar la extensa fauna marina y el Cristo sumergido, el cual cuenta con una altura de cuatro metros y está hecha de bronce.
Asimismo, es ideal para disfrutar de deliciosos manjares hechos a base de mariscos y pescados, ya que en la orilla hay una gran número de restaurantes y palapas.