San Crisanto es un hermoso poblado yucateco de pescadores, que mezcla perfectamente los manglares con la playa, y cuyo encanto no solo radica en su belleza natural sino también en su lejanía del caos y el bullicio, por lo que aquellos que lo visitan quedan fascinados y con ganas de no irse jamás.
San Crisanto cuenta con una de las playas más limpias de Yucatán y es un paraíso semi-virgen donde reina la paz y la tranquilidad, perfecto para quienes desean huir de todo y alejarse por un rato de la rutina. Se ubica a más de una hora de Mérida y a 51 kilómetros de Puerto Progreso.
Este edén yucateco de arenas blancas y aguas cristalinas ofrece los atardeceres más bellos de toda la costa yucateca, ya que el alejamiento del mar forma un gran playón de más de 300 metros a lo largo de la costa, y unos 100 metros mar adentro, brindando un espectáculo majestuoso digno de admirar.
Gracias a su belleza, San Crisanto se convirtió en una zona ecoturística, administrada por los habitantes de la región, quienes decidieron explotar de forma responsable los recursos naturales del lugar y atraer al turismo, con el fin de ayudar a su economía y mejorar la región.
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¿Qué hacer en San Crisanto?
Descanso y relajación
Este lugar es perfecto para disfrutar de las bondades de la naturaleza, entre arenas blancas y tersas, y aguas color turquesa, por lo que turistas nacionales y extranjeros aprovechan para nadar, recostarse y tomar el sol, caminar por la playa o simplemente admirar el panorama.
Recorrido por los manglares
Uno de los imperdibles es recorrer en bote los manglares, hasta llegar a un ojo de agua llamado Dzonot-Tzik, donde se puede nadar y admirar sábalos y tortugas. Además, a lo largo del trayecto se puede contemplar la belleza de tropical del mangle, mientras los pájaros cantan y armonizan el trayecto. Con un poco de suerte es probable ver algunos pequeños lagartos de pantano.
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¿Dónde hospedarse?
Al ser un destino semi-virgen no cuenta con hoteles, pero sí con cabañas y zona de campismo a un precio bastante accesible. Uno de los lugares para pernoctar es el balneario Zac-Ha, donde se puede acampar a la orilla de la playa, entre palmeras y palapas.
Así como en sus chozas ecológicas, conocidas como Kanab-Nah, construidas a imagen y semejanza de las antiguas viviendas mayas, junto al mar.
Tradición salinera
Además de sus playas, manglares y ojos de agua, San Crisanto ha encontrado en la sal otra fuente de ingresos. Ya que aquí se lleva a cabo la extracción de sal en sus lagunas color rosa, donde los trabajadores pican el fondo de la laguna para extraer el mineral, juntarlo y trasladarlo a las orillas para su lavado y secado.