Únicamente 2 horas separan a la CDMX de Tlaxco, uno de los Pueblos Mágicos de Tlaxcala. Un destino dotado de belleza arquitectónica colonial que se transita entre piedras, mientras se rodea de paisajes naturales que también se pueden disfrutar.
Tlaxco proviene del vocablo náhuatl tlachco, que significa “el lugar del juego de pelota”. Para conocer parte de sus primeros asentamientos, hay cuevas fuera del Pueblo Mágico donde pinturas rupestres dan muestra de una civilización pasada.
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La zona donde hoy se asienta Tlaxco cuenta con antecedentes poblacionales de hace más de 10 mil años. Prueba de este faceta histórica se ubica en el campamento La Peñuela, a 22 kilómetros de distancia del Pueblo Mágico.
En este sitio, además de ofrecer la oportunidad de practicar deportes de aventura, cuenta con muestras de arte rupestre. Para descender hasta la caverna donde se hallan, se deben utilizar técnicas de rappel.
Una testimonio más se halla a 9 kilómetros, en el Rancho La Gloria, donde se pueden observar 60 glifos.
A descubrir el corazón de Tlaxco
La plaza principal de Tlaxco es escoltada por la Parroquia de San Agustín, del siglo XVII, una construcción que contó con la partición de Vicenzo Barroso de la Escayola, diseñador de la catedral de Morelia.
Otros dos edificios religiosos forman parte del recorrido por su centro: la Capilla de Lourdes, de cantera rosa, y la Capilla del Calvario, con sus muros de 80 centímetros de ancho.
En este mismo tour encontramos el Palacio Municipal, inaugurado por el entonces presidente Porfirio Díaz. El inmueble resguarda una colección de pinturas, fotografías y espejos, muestras que están abiertas al público en general.
Pero si se desea conocer más sobre la historia de Tlaxco, hay que dirigir los sentidos hacia el Museo Carlos González, conocido como Museo de Historia, Artes y Tradiciones.
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Las actividades culturales que ofrece Tlaxco continúan en sus diferentes recorridos por los negocios donde se elaboran quesos artesanales y se maneja la madera. Es en el taller de Madem, donde sus administradores cuentan parte de la historia del Pueblo Mágico a través de fotografías antiguas.
Pero en este lugar las sorpresas no paran, porque cuentan con una maqueta animada fabricada en madera, que explica las características principales de este oficio.
Además, con este mismo material crearon una verdadera obra sobre ruedas, se trata del famoso Tlaxcomóvil, una curiosidad que en realidad puede circular sin problemas.
Para finalizar esta travesía, una de las paradas esenciales es la compra de pan de queso o cocoles bañados con miel de maguey, delicias gastronómicas que dan fama a Tlaxco.
Para quienes buscan un destino de aventura, pueden encontrar a 15 kilómetros el Parque Natural El Rey, para practicar ciclismo y montañismo.
Otro tour interesante en los alrededores de Tlaxco son sus haciendas, algunas con antecedentes de producción pulquera y otras habilitadas para ofrecer hospedaje, como la Hacienda de Santa María de Xalostoc, del siglo XVI, que gracias a su recuperación recibió el Premio Nacional de Restauración.