Entre las cavernas que ofrece Puebla, sin duda las Grutas Karmidas es una de las más bellas y, por su fácil acceso, se coloca entre las favoritas de los visitantes, quienes tiene la gran dicha de observar todo un espectáculo, que la misma madre naturaleza se esmeró por esculpir, a través del tiempo.
Primero te comentamos que se localiza en la localidad de Zapotitlán de Méndez, a mitad del camino entre los Pueblos Mágicos de Cuetzalan y Zacatlán, en la mismísima Sierra Mágica de Puebla, llamada así por la suma de una exuberante vegetación y una abrupta orografía.
Claro, también porque está conformada por 18 municipios, de los cuales, seis son Pueblos Mágicos. Pero regresando al destino inicial -el cual te invitamos a explorar en cuanto la crisis sanitaria nos permita aventurarnos por estos lares- está conformado por secciones que te invitan a descubrir salones con formaciones y pozas de agua cristalina.
Una vez que estés dentro de la gruta, sus caminos sinuosos te llevarán hacia cinco salones: de los Diamantes, de los Recuerdos, del Silencio, Blanco y Laguna Encantada, cada uno rodea la bóveda principal que se levanta hasta 30 metros de altura, todo un derroche de emociones sentirás en sus entrañas, con tanta belleza.
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Grutas Karmidas en #Puebla. Admira las estalactitas y estalagmitas reflejadas en su laguna. @TurismoenPuebla pic.twitter.com/TOYPl4VXFH
— SECTUR México (@SECTUR_mx) January 4, 2016
Sigue el camino por Grutas Karmidas
Uno de los principales agasajos visuales que podrás tener en este recorrido es la enorme estalagmita llamada Columna de la Independencia; que precisamente se encuentra en la galería principal. Pero no es la única, en el camino vas a encontrar más como Cerebro o la Mujer Acostada, Velo de Novia, Coliflor y Helado Volteado.
Siguiendo con esta idea panorámica, los guías expertos aseguran que durante la época de estiaje, es fácil observar la famosa lluvia de estrellas, la cual es provocada por el fulgor de los minerales sobre techos y paredes.
Pero las maravillas no terminan aquí, pues resulta que otro de sus grandes atractivos es el efecto espejo de la Laguna Encantada, donde las formaciones calcáreas parecen una ciudad submarina.
Su descubrimiento fue por accidente, cuando Miguel Manzano Lobato, dueño de una fábrica de aguardiente andaba en busca de un yacimiento de agua para su producción durante la sequía. Siguiendo la ruta del líquido que encontró dentro de esta cavidad, fue como dio con el espectáculo que guarda en su interior.
Es hasta 1923 que se abrió al turismo y fue el señor Lobato quien la bautizó como la Grutas Karmidas, en honor al personaje de la novela El último ateniense, de Victor Rydberg.