La evolución de los envases tiene casi la misma antiguüedad que la invención y descubrimiento del vino. No obstante, la copa de vino tal como la conocemos hoy, no tiene los siglos como el descubrimiento del vino.
El primer envase en el que se comenzaron a servir las bebidas –al menos designado para tal fin, ya que con anterioridad se usaban los cráneos, conchas o carcasas marinas– fueron los cuernos de animales, cuencos de madera y los ritones que podían ser de diferentes materiales como cerámica, plata o incluso de oro.
Los ritones son vasos griegos de bebida, una especie de profunda copa que suele terminar en forma de cabeza de animal. Este ritón tiene forma de cabeza de perro laconio, muy apreciado por los griegos por su velocidad y vista aguda #ColeccionMAN 👉 https://t.co/ljx3N1RNRg pic.twitter.com/HZAp2RDdlX
— Museo Arqueológico Nacional (@MANArqueologico) April 4, 2018
Fue hasta le Época de Hierro, por ahí del año 1800 a. C. en el que se inventó el vidrio y los egipcios rápidamente retomaron el material para crear utencilios para servir el vino a los políticos de alto mando.
Se cuenta que la primera copa, con la forma como la conocemos actualmente, fue diseñada con uno de los senos del personaje mitológico Elena.
Posteriormente, el uso de vidrio para los envases para bebida se empezaron a popularizar en Roma y pronto las primeras copas saldrían al mercado alrededor del mundo con un gran grosor y regularmente eran coloreadas.