Ya huele a copal, a pan de muerto y a flor de cempasúchil. Esta temporada es realmente mágica, pues se combinan tradiciones, sabores, colores y, sobre todo, olores que nos transportan a otros mundos.
Hoy te contaremos acerca de esta resina aromática con un gran significado.
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El copal se encuentra en los árboles de regiones cálidas de estados como Oaxaca, Puebla y Guerrero. La recolección y venta de esta resina es una actividad económica de la cual subsisten varias comunidades de estos estados.
El copal, vehículo divino
El copal era conocido por las civilizaciones prehispánicas como copalli, que significa «resina» o «incienso». Desde tiempos muy remotos era quemado como ofrenda a los dioses, e incluso era enterrado en los templos religiosos.
Al quemarse, produce un denso humo blanco llamado iztac teteo, que en español significa «dioses blancos»; se decía que era un canal de comunicación entre el hombre y los dioses, por eso era considerado divino.
El copal también cuenta con propiedades curativas; se podía usar quemado, untado, o en infusión. Era ideal para tratar dolores de cabeza, inflamaciones en la piel y padecimientos causados por el frío y la humedad.
El copal no debe de faltar en el tradicional altar de Día de Muertos. Toma un poco de la tradición prehispánica, pues se cree que representa al elemento aire, además de que purifica el ambiente de malas energías y espíritus malignos.