La muerte para los pueblos prehispánicos de México era algo realmente trascendente. En la cosmovisión del mundo mexica, el Mictlán era el lugar de los muertos por excelencia. Te contamos algunas curiosidades que tal vez no conocías.
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¿Qué es el Mictlán?
Mictlán significa en español «Lugar de los muertos», el espacio a donde van a parar las almas de todos los difuntos. En el Mictlán no importa la clase social, el oficio ni el cargo, la muerte no discrimina a nadie.
Todo comenzaba a la orilla del río
Cuando una persona moría de pronto, «despertaba» a la orilla de un río, lo que le indicaba que había dejado atrás el plano terrenal y se entraba al Mictlán.
Este «espacio» tiene nueve niveles —por así decirlo— en los que se ponen a prueba el carácter y la inteligencia. Es importante mencionar que para trascender esta travesía, el difunto debía ayudarse con algunos objetos con los que fue enterrado.
Ayuda del xoloitzcuintle
Se dice que al llegar a la orilla del río del Mictlán, se necesita la ayuda de un perro xoloitzcuintle color pardusco para que ayude a cruzar; es importantísimo que tenga esa tonalidad pues si no, el animal se niega a dar su ayuda.
Encuentro con las deidades del inframundo
Después de completar los nueve niveles, por fin las almas se encuentran con Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, deidades femenina y masculina, para entregarles los tributos con los que previamente fueron enterradas.
Estos dioses son los encargados de juzgar al muerto por sus acciones en vida, además de vigilar la «vida» en el inframundo.