Cuando alguien da excusas poco creíbles y hasta ridículas, le decimos: «Y no vayas a a salir con que a Chuchita la bolsearon». ¿En dónde nació esta graciosa y popular expresión? Aquí te lo decimos.
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Chuchita en la Colonia
Se cuenta que durante la época de la Colonia, una empleada de una gran casa, de nombre Jesusa, tenía entre sus múltiples tareas la de ir al mercado a comprar los insumos para la comida.
Un buen día a Chuchita —como todos la conocían— volvió del mercado sin despensa y sin dinero; ella comentó que la habían bolseado.
El incidente no pasó a mayores y los patrones fueron muy compresivos con ella en aquella ocasión. Sin embargo, la situación se fue haciendo cada vez más frecuente, por lo que comenzó a levantar sospechas.
Se rumoraba que Chuchita tenía un corazón muy noble, por lo que regalaba los víveres y dinero a los desvalidos y pobres que se encontraba en el mercado; otra versión, de las comadres indiscretas, señalaba que se gastaba todo el dinero en alcohol y parranda.
La frase se volvió tan popular que cuando alguien expresa una excusa, se le responde: «No me vayas a decir que a Chuchita la bolsearon».