Los vampiros, esos seres de ultratumba que suelen alimentarse de sangre, tan famosos en Europa y que la literatura y el cine se encargó de inmortalizar.
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Aunque en México hay muchísimas leyendas de seres fantasmales y criaturas malévolas, los vampiros no son tan comunes, pero si se han escuchado – o hay quienes aseguran haberlos visto – a vampiros que acechan entre las calles, bosques y pueblos de México.
Hay quienes aseguran que los vampiros llegaron a México cuando Maximiliano de Habsburgo tomó el poder e incluso hasta hoy siguen entre nosotros, esperando succionar la sangre de su próxima vícitma.
El vampiro del Panteón de Belén
Se dice que en el siglo XIX llegó a la ciudad Guadalajara un hombre europeo bastante extraño. Se dice que este tipo siempre era visto de noche y que con su llegada comenzaron a aparecer animales como gatos, gallinas, conejos y perros muertos.
Lo extraño es que estos no tenían ni una sola gota de sangre. Al cabo de un tiempo, comenzaron a aparecer reces y caballos y lo peor fue cuando encontraron personas muertas, lo cual horrorizó a los tapatios y decidieron investigar.
Se montaron guardias nocturnas y sorprendieron a este hombre atacando a una persona, decidieron acabar con él clavándole una estaca en el corazón y decidieron enterrar su cuerpo en el Panteón de Belén, se dice que de esa estaca creció un árbol muy grande que sobresale de la tumba y que si esta se abre, el vampiro podrá realizar nuevamente sus fechorías.
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Vampiros en Barranca del Muerto
Hay un relato en el que un periodista cuenta la aterradora experiencia al quedarse dormido en la estación Barranca del Muerto de la Línea 7 del metro, cuando en lo más profundo de los andenes dos vampiros horripilantes acabaron con la vida de un vagabundo.
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La mujer vampiro del bosque de Chapultepec
Se cuenta que cerca al Museo Nacional de Antropología e Historia, ronda una mujer de hermosos ojos verdes que es la responsable de que muchos niños en situación de calle desparecen sin dejar rastro. Esto se contaba durante la época de los 70 y hay quienes aseguran que esa misma mujer aún ronda entre los árboles.
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