En México existe un pan al que pocos pueden resistirse; pero si no has probado el pan de fiesta o de feria, te invitamos a degustarlo. ¿Y sabes de dónde es originario? A continuación te lo revelamos.
El pan de fiesta o de feria es originario de San Juan Huactzinco, en Tlaxcala, y desde su creación prácticamente ha estado presente en todas las celebraciones patronales del territorio nacional, llevando un pedacito del sabor tlaxcalteca a los hogares de las familias mexicanas. Por eso a esta región se le conoce como La Cuna del Pan.
Sin duda, las fiestas patronales son un infaltable en la cultura mexicana; en estos entrañables eventos es común ver los clásicos camiones —mismos que viajan de pueblo en pueblo— donde elaboran este rico pan de fiesta y lo ofrecen a los transeúntes.
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Los ingredientes del pan de fiesta
Del pan de fiesta hay versiones sencillas y unas más elaboradas, con nuez o nata. Existen los tradicionales panes alargados, también los hay redondos, en forma de corazón, ovalados y de diferentes tamaños, pero todos perfectamente decorados con ajonjolí, pasas, nueces, acitrón o ate.
El pan de fiesta es uno de los preferidos por su textura, sabor y consistencia; además, su frescura puede mantenerse durante días, característica que lo convierte en uno de los más buscados.
En el pasado, el pan de fiesta era conocido como pan de pulque, porque esta bebida era uno de los ingredientes esenciales, pues aportaba un gran sabor y fungía como levadura, dándole una consistencia más esponjosa.
En la actualidad ya no se elabora con pulque en muchas partes del país, pues es difícil de conseguir.
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El nacimiento de esta delicia tlaxcalteca data de comienzos del siglo XX, cuando se preparaba dentro de las casas y se hacía con pulque para que su tamaño fuera mayor. Su preparación consistía en tender telas sobre los petates donde las manos de hombres y mujeres amasaban harina, azúcar, agua y pulque.
Ante la creciente demanda del pan de fiesta, se adicionó mantequilla o manteca de cerdo, lo cual mejoró la calidad y a raíz de eso adoptó la forma que hasta la fecha conocemos.
Este pan también es conocido como eslabón o escalera (panes alargados); moreliana o redondo (circulares), y pechuga o sope (ovalados). El pan de fiesta es el compañero perfecto del café de olla, pero también puede saborearse con un buen chocolate caliente, ponche, té o leche.