Es probable que muchos de nosotros hayamos crecido y disfrutado grandes momentos con amigos o familiares a bordo de una avalancha, y quizá uno que otro percance menor y quién diga que nunca le pasó nada seguro es porque no se subió a una.
La avalancha es uno de los juguetes más icónicos en la historia, mismo que marcó la infancia de muchas generaciones desde su creación, en 1965, y que hoy en día ha quedado casi en el olvido. Es un juguete hecho con una tabla, cuatro ruedas, un volante para dirigirla y un freno de mano. Este pequeño vehículo fue protagonista de grandes aventuras y horas enteras de diversión.
¿Quién no recuerda aventarse de una bajada a toda velocidad montado en su avalancha? Creemos la gran mayoría de personas lo hizo, pero como todo en la vida tiene una historia y su creación se la debemos a don Jesús Pérez Lango.
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Don Jesús laboraba en la industria del metal y gracias a sus conocimientos logró fabricar y comercializar tan divertido y «peligroso» juguete al que nombró avalancha. Este vehículo de chicos y grandes fue comercializado por la empresa Hierro-Mex, propiedad de don Jesús, misma que a finales de los años 30 tuvo un gran auge.
Esta empresa se dedicaba a la fabricación de productos hechos a base de metal, como las cortinas de acero, las cuales le permitieron despuntar en sus ventas durante los años 40 debido al gran número de construcciones que se realizaron en estos años.
Asimismo, Hierro-Mex fue la empresa encargada de forjar las taquillas del viejo Zoológico de Chapultepec, pero esto cambió en 1965 cuando creó la icónica avalancha.
Su origen deriva de la inquietud de los hijos de don Jesús por construir un pequeño carro deslizable. Una vez creado el primer modelo, el dueño de Hierro-Mex pensó que ese pequeño vehículo podría comercializarse.
Tiempo después desarrolló una versión mejorada. La primera vez que la avalancha salió a la venta fue en la Navidad de 1965 bajo el nombre de Super Móvil Avalancha.
Tras un año de su creación, finalmente fue bautizada como avalancha, nombre que catapultaría a la fama a este pequeño vehículo deslizable.
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De acuerdo con la RAE, avalancha es sinónimo de alud y ambos refieren a una masa grande (de nieve) que se desprende y precipita por una vertiente. Analogía que quedó como anillo al dedo a la forma en cómo se emplean estos juguetes.
Desde su creación, la avalancha sufrió ciertas modificaciones pero sin perder su diseño original. En los 80 se buscó renovar su aspecto. En los 90 se le cambió la cubierta y se colocaron llantas más anchas, así como un banderín.
Actualmente la avalancha mantiene su mismo diseño pero con toques modernos para mantenerse un tanto vigente, aunque no con el auge que la llevó a la fama.