Corría el año de 1994, cuando el ex soviético Yuri Knórozov pronunció la frase: “En mi corazón siempre seré mexicano”, al recibir la condecoración Orden del Águila Azteca, la presea más alta que otorga el Gobierno mexicano a un extranjero, mismas palabras que decoran su monumento en la ciudad de Mérida en Yucatán.
Pero, ¿por qué recibió tan importante reconocimiento? Este hombre, que en vida era lingüista y epigrafista ruso, logró descifrar y comprender la escritura jeroglífica maya, un trabajo que antes de él, nadie había podido conseguir, así que gracias a su conocimiento e intelecto, se lograron grandes avances en la materia.
Claro que en tiempos pasados ya se había intentado, el primero en hacer el esfuerzo fue el misionero franciscano Diego de Landa en el siglo XVI, conservó algunos códices, para escribir la Relación de las cosas de Yucatán -publicado en francés en 1864-, donde describe cómo era la vida de esta cultura antes de la conquista. Si bien no logró revelar su significado, su investigación sirvió de base para el desciframiento de los glifos.
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Yuri Knórozov, un ruso detrás de la comprensión de la lengua #maya, ¿conoces esta historia? #UnDíaComoHoy. pic.twitter.com/gwbt1FWvJM
— Conacyt México (@Conacyt_MX) November 19, 2016
¿Cómo surge el vínculo maya-Yuri Knórozov?
Fue en 1945, tras la derrota de Alemania Nazi, cuando el soldado de 21 años, Yuri Knórozov, rescató de la Biblioteca Prusiana de Berlín dos libros: “La relación de las cosas de Yucatán” y un facsimilar -copia o reproducción- de los “Códices mayas”, su destino tomaría otro camino.
Así que de vuelta en la extinta Unión Soviética, decidió dar continuidad a sus estudios, pero se cambió a la carrera de Etnografía e inició exploraciones arqueológicas en Asia Central. Durante esta travesía, se involucró y practicó la fe de los musulmanes a escondidas del régimen comunista.
Sin embargo, su interés por el pensamiento iniciático lo introdujo en estudios de egiptología y jeroglíficos, pero su vida finalmente dio un giro de 360 grados, al leer el artículo “El desciframiento de las escrituras mayas, ¿un problema insoluble?, de Paul Schellhas y de esta manera se planteó como nuevo proyecto descifrar los jeroglíficos mayas.
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¿Cómo logró descifrar los jeroglíficos mayas?
El primer paso que dio Yuri Knórozov fue aprender español, para después obtener los facsímiles de los códices en Alemania, Francia y España. Su trabajo de investigación se realizó desde Leningrado -hoy San Petersburgo-, debido a la Guerra Fría, así que no fue fácil para él viajar a México.
A diferencia del franciscano Diego de Landa, que pretendía sustituir las letras del alfabeto por los jeroglíficos, el ruso realizó un análisis de la frecuencia del uso de los signos. De esta manera detectó que el maya era silábico y estaba compuesto por 355 signos.
Los resultados obtenidos por Yuri Knórozov, los hizo públicos en 1952, en su artículo “La escritura antigua de América Central”. De acuerdo con sus propias declaraciones, la diferencia entre él y sus antecesores, fue que ellos eran arqueólogos y él un lingüista. En entrevistas aseguraba que solo había seguido las aportaciones de Landa, para lograr su propio éxito.