Los investigadores aseguran que el Códice Mendocino registra una importante ceremonia prehispánica conocida como Amarre de tilma y huipil, la cual se realizaba para unir en matrimonio a las parejas de jóvenes mexicas.
El Amarre de tilma y huipil estaba lleno de simbolismos, donde surgía una promesa espiritual entre dos almas, que deseaban formar una unidad por la eternidad: en el aquí-ahora y en el más allá.
Códice mendocino. La unión de dos jovenes. El amarre de tilma. El casamiento entre los mexicas #arte #mesotuits pic.twitter.com/epFaiJFPUO
— Tlatoani_Cuauhtemoc (@Cuauhtemoc_1521) July 4, 2016
Además, Amarre de tilma y huipil también representaba un compromiso con cada uno de los elementos de la naturaleza. Así que el matrimonio era un acto indisoluble entre los mexicas y, para que no fuera invalidado, debía realizarse de la manera correcta.
El ritual comenzaba con el cortejo, una acción que le correspondía a la familia del novio, quienes decidían en qué momento se encontraba listo para emprender su camino de la mano de una mujer, a la cual, ellos mismos se encargaban de elegir.
Como acto siguiente, solicitaban los servicios de las matronas, quienes se encargaban de llevar el mensaje a la familia de la novia, para iniciar las negociaciones del casamiento. Se pedía su mano, se llevaban obsequios que eran rechazados en más de una ocasión.
Te puede interesar: Puerto Vallarta: escenario ideal para tu boda espiritual wixárika
Representación de una boda mexica de una familia de alto status. Se le llamaba amarre de tilma. #mesotuits pic.twitter.com/eRjRndH6Lf
— Tlatoani_Cuauhtemoc (@Cuauhtemoc_1521) April 4, 2016
¿Por qué se llama Amarre de tilma y huipil?
¿La razón? Era una muestra de dignidad por parte de la familia de la chica. Hasta el cuarto intento las matronas lograban cerrar la negociación. A partir de ese momento la prometida no podía salir de su casa, hasta la celebración del Amarre de tilma y huipil.
Un día antes de la ceremonia, en la casa de la novia se ofrecía un banquete a los representantes y familiares de los prometidos, quienes bebían cacao y pulque, mientras que los ancianos y ancianas ofrecían frente al fuego mantas o maíz para los novios.
Mientras que a la novia se le bañaba, se decoraba todo su cuerpo con flores y plumas, para después sentarla en un tapete, que el joven amado ofrendaba a los dioses como símbolo de unión. Además le colocaba un collar de jade que sellaba el compromiso.
Te puede interesar: ¿Te casas? 3 bodas alternativas muy mexicanas
#sabiasque a la ceremonia d matrimonio entre los mexicas se le llamaba amarre de tilma?Aquí una hermosa ilustración pic.twitter.com/iuGYYb2IFn
— Tlatoani_Cuauhtemoc (@Cuauhtemoc_1521) August 15, 2016
El día del Amarre de tilma y huipil, los familiares del joven iban por ella para conducirla hasta el lugar de la ceremonia, cargada en una manta, para conducirla en procesión por las calles. Su llegada era esperada con incensarios y toques de caracol.
Durante el ritual de unión, la mujer vestía con huipil y el hombre con tilma, indumentaria que era amarrada por el sacerdote. Una vez que se convertían en esposos, se alimentaban mutuamente con tamales, frutas y semillas.
Actualmente se sigue realizando el Amarre de tilma y huipil, aunque no de la manera original, pues con el paso del tiempo, se han hecho algunas modificaciones en los paso a seguir de este ritual, de acuerdo a cómo la dirija el grupo de danza mexica, temazcalpulli o abuelo de sabiduría ancestral.