En México se consume más que cerveza, pulque, tequila o mezcal, el claro ejemplo de ello es el vino mexicano, una bebida cuya historia comenzó poco después de la llegada de los españoles al continente americano. Es por eso que a continuación te contamos más sobre esta delicia hecha a base de uvas.
Historia del vino
Se sabe que hace seis o siete mil años comenzó su historia en Mesopotamia, donde se realizaba el cultivo de la vid y la elaboración del vino procesado y fermentado en ánforas de barro o cuero. Posteriormente se propagó a las regiones cercanas y valles delimitados por los ríos Tigres y Éufrates y, gracias a los Fenicios, la producción del vino se expandió a casi toda Europa.
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Con la conquista de América empezaron a llegar estacas desde España, y se comenzó a fomentar el cultivo de la vid con decretos regionales, como el de Hernán Cortés que obligaba a los terratenientes a cultivar 1000 estacas de vid por cada 100 nativos que tuviera a cargo.
Los jesuitas fueron los primeros en establecer viñedos en sus primeras misiones, fue así como comenzó la industria del vino en América, ya que comenzaron a cultivar viñedos en los alrededores de los monasterios y conventos.
Para 1521, los españoles introdujeron la vitivinicultura a México durante la conquista, debido a que a su llegada no solo encontraron oro, sino también uvas silvestres de gran calidad, fue así como a los vastos territorios donde se encontraba esta fruta los llamaron Virreinato de Nueva España.
Los registros indican que el primer vino americano fue creado por un grupo de colonizadores españoles en 1574 en el Valle de Parras, lo que hoy en día es conocido como el estado de Coahuila, en la frontera con los Estados Unidos.
Sin embargo el éxito duró poco, esto gracias a que los productores hispanos rechazaron los viñedos mexicanos cuando advirtieron una disminución de las exportaciones del vino español hacia el Nuevo Mundo.
Felipe II fue el encargado de revertir dichas medidas impuestas por su padre, Carlos I. Para 1595 ya había prohibido los nuevos cultivos de vides en los territorios americanos bajo dominio español, y ordenó destruir las granjas vitícolas y prohibir las importaciones de vino americano.
Esta restricción duro dos siglos, lo cual trajo consigo que el desarrollo industrial en México se viera mermado. Sin embargo, durante ese tiempo hubo su excepciones y, en 1597, un decreto real autorizó a Don Lorenzo García producir vino y brandy en la Hacienda San Lorenzo, hoy en día conocida como Casa Madero.
Presente y futuro del vino mexicano
Pese a las restricciones, los únicos que no perdieron la esperanza fueron los propietarios de Casa Madero, quienes a finales del siglo XX enviaron a Rodríguez a estudiar la producción de vino en Francia para reactivar e incentivar el mercado. Desafortunadamente no fue fácil, ya que los mismos mexicanos desconfiaban de la calidad de sus vinos.
Poco a poco comenzaron a posicionarse en el mercado internacional y el nacional. Pero eso no fue todo, ya que Casa Madero se ofreció a brindar asistencia técnica a los nuevos productores con el fin de apoyar a la industria nacional. Uno de los primeros en abrir camino en México fue la Bodega Don Leo, en honor a David Mendel, quien huyó de la Alemania Nazi y llegó a territorio nacional en 1938.
Así fue como comenzó a ganar terreno el vino nacional y se estima que en 15 años, el mercado se multiplicó seis veces y pasó de consumir anualmente 180 mililitros a 1,2 litros per cápita. Asimismo, expertos aseguran que hace 25 años era casi imposible conseguir vino mexicano en la carta de algún restaurante.
«Hoy en día se encuentran entre los más buscados del mercado nacional y son bastante costosos por la baja producción y falta de apoyo», aseveró Hanks Backhoff, presidente del Consejo Mexicano Vitivinícola y Director de Monte Xanic. Actualmente existen unas 3,350 hectáreas que producen 27 mil toneladas anuales.
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Producción de vino en México
Cabe mencionar que la riqueza de la tierra mexicana permite la producción de diferentes uvas con sabores únicos y diversos. Coahuila favorece la producción de vinos dulces debido a la calidez de su clima. Mientras que los suelos de Zacatecas están llenos de componentes y minerales que permiten la producción de uvas de gran calidad.
Querétaro se especializa en la producción de vinos blancos y espumosos como el macabeo y el chardonnay. Baja California es una de las zonas vinícolas más importantes de México, pues su altitud y clima son idóneos para la producción, de ahí que en esta región se genere el 75% de la producción nacional.