Las plantaciones comerciales especializadas en árbol de Navidad ya iniciaron su temporada de ventas, se trata de grupos familiares o cooperativas comunitarias, dedicadas a este negocio sustentable, así que mientras cortas la especie que desees, también puedes disfrutar de sus bosques al realizar caminatas, recorridos en bicicleta o caballo, degustar la gastronomía local, actividades de aventura y más, que estos mismos productores ofrecen.
Propuestas para viajar por tu árbol de Navidad
Rancho Tres Encinos
Se localiza a menos de 13 kilómetros del Pueblo Mágico de Valle de Bravo, en el Estado de México y a una hora 45 minutos de la CDMX. En este espacio natural tú mismo puedes cortar tu árbol de Navidad, pero su oferta de diversión es muy amplia: tirolesa, paseos en ponis o caballos, granjas didácticas, bumper balls, restaurante y mucho más. Sus anfitriones te invitan al cultivo para explicar el proceso y la importancia ambiental y económica que tiene esta producción para las familias locales.
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Rancho Didactico La Poza del Indio
En el Ajusco existe una gama amplia para que puedas adquirir tu árbol de Navidad, en un ambiente completamente al aire libre. Aquí sus productores se han organizado como el Centro Piloto Árboles de Navidad “Lomas de Tepemecatl”, donde puedes encontrar una oferta súper interesante como este rancho, donde también se te permite escoger y cortar tu ejemplar, para después realizar tours por sus plantaciones a caballo o dentro sus instalaciones, hay restaurante con cocina de leña y tortillas hechas a mano, entre otras actividades que se disfrutan en familia.
Bosque de los Árboles de Navidad
Es uno de los más tradicionales de la época decembrina por su gran variedad de especies comerciales. Está ubicado en Amecameca, Estado de México, así que tu recorrido es de una hora desde la Ciudad de México y como la plantación de árbol de Navidad están justo en las faldas de los volcanes Iztaccihuatl y Popocatepetl, el paisaje es espectacular. A solo 10 minutos en auto encuentras la Hacienda Panoaya, que cuenta con un sin fin de actividades para convivir con la naturaleza, conocer la historia de la zona y de Sor Juana Inés de la Cruz, pues fue el lugar donde vivió su niñez.
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