Mayapán es una zona arqueológica localizada en Mérida, Yucatán; considerada la última gran capital de la cultura maya en el Posclásico (1200-1450 d.C.), tiene una extensión territorial de 4 kilómetros cuadrados, en la que alberga cerca de 4 mil estructuras.
En lengua maya yucateca, Mayapán deriva de los vocablos Mayab, que corresponde al nombre de la Península de Yucatán antes de la Conquista; Ma, que se refiere a «no»; Ya’ab, a «mucho», y Pan, que significa «bandera», lo que podría traducirse como «la bandera de los mayas».
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Mayapán, centro del mundo maya
En Mayapán se asentó un gobierno que dominó las provincias de las zonas noroeste y norte de Yucatán. Consta de una zona central en la que se localizan las principales construcciones, cívicas, administrativas y religiosas, así como las residencias de los gobernantes, mientras que las de los obreros se encontraban en los alrededores.
Estos recintos fueron edificados sobre basamentos que tienen pasillos con columnas, templos y oratorios con un altar al fondo y banquetas a los lados. Por otra parte, los edificios redondos también son sumamente representativos, son conocidos como observatorios o pequeños santuarios.
Por medio de la arquitectura del lugar se puede observar una marcada influencia de Chichén Itzá, pues su edificio principal, conocido como Castillo de Kukulkán, es igual al de Chichén Itzá, pero de menor tamaño. Este castillo es una de las estructuras más relevantes, es una pirámide de nueve cuerpos que alcanza una altura de 15 metros.
El núcleo de Mayapán está circundado por una muralla que fue erigida durante el surgimiento del sitio como capital del norte de Yucatán. Alrededor de ésta, principalmente del lado sureste, se halla la zona habitacional, donde vivían los obreros y pobladores de las clases bajas.
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Se estima que esta ciudad tuvo una población de 12 mi habitantes dentro de los muros protegidos y fue un poderoso centro urbano que se convirtió en la única fuerza política y cultural de Yucatán.
Esta zona arqueológica ha alimentado diversos estudios desde mediados del siglo XIX, por lo que podría considerarse como el asentamiento maya más estudiado de la región.