En la colonia Valentín Gómez Farías de la CDMX existe una casita del árbol bastante peculiar y que según su creador, está habitada por un hada. Esta se encuentra a ras de suelo y no en las alturas como pudiera pensarse.
Este peculiar hallazgo obra de la mano del hombre, se suma a muchos otros que han existido en la capital del país, mismos que rompen con el paisaje urbano y llenan de misticismo o en muchos casos de tradición al lugar donde se encuentran.
Tal es el caso de la casita del árbol que se encuentra en la Calle 33 de la colonia Valentín Gómez Farías, afuera de la casa marcada con el número 29, en la base del tronco de un fresno, donde aparentemente vive un ser mágico.
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Hace algunos años, Don Jorge, mejor conocido como Tito, creador de la casita del árbol, junto con sus vecinos solicitaron derribar los árboles que se encontraban en la zona ya que sus raíces levantaban las banquetas; sin embargo, al tratarse de fresnos y jacarandas, especies protegidas por el gobierno capitalino, obtuvieron una negativa como respuesta.
La única solución que les dieron en su momento fue recortar una parte de las raíces para poder restaurar las aceras, acción que llevaron a cabo. De ahí surgió la idea de Don Tito de construir una diminuta casa del árbol para que su nieto jugara.
Sin embargo, la primera casita del árbol fue destruida, por lo que tuvo que construir una segunda versión más reforzada, que es la que se mantiene hasta la fecha. Esta cuenta con chimenea, cortinas, bicicleta, patineta, un dibujo de un avión, casa para perro y un perro.
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La casa del #Hada #Arif creación del Sr Jorge Cruz en la Col Valentin Gómez Farías en @A_VCarranza, permitió la convivencia con sus nietos en esta pandemia. 👏🏽👍🏽 pic.twitter.com/Bloba92rcb
— Ramkar Cruz (@RamkarC) December 3, 2020
Obviamente toda casa necesita ser habitada, por esa razón Don Tito y su nieto se dieron a la tarea de buscarle un residente a esta casita del árbol, se trata del hada Arif, quien de acuerdo con investigaciones de ambos, protege los hogares de las personas que la tratan bien y promueve la unión familiar y las festividades.
Es por eso que el nombre del hada quedó grabado en la ventana de la diminuta casa del árbol. Pero los peatones y lugareños de la zona aseguran que esa casa no le pertenece a la hada Arif, sino más bien al Ratón Pérez o a algún pitufo o duende perdido.
Lo cierto es que esta casita del árbol, creación de Don Tito, despertó la imaginación de los habitantes de la zona, así como de las personas que se dan cita en este sitio para contemplar tan peculiar residencia.