Quintana Roo es un paraíso natural que ha «adoptado» una pequeña isla no natural que flota sobre miles de botellas de plástico. Richart Sowa es un artista británico que quedó enamorado de la belleza del Caribe mexicano, por eso decidió mudarse a Isla Mujeres y crear la Isla Joysxee.
Esta minitierra flotante mide 25 metros de ancho por 30 metros de largo y es única en el mundo. La Isla Joysxee está construida con 150 mil botellas de plástico, mismas que con el paso del tiempo se han fusionado con los manglares y plantas marinas, creando así un nuevo hábitat para la flora y fauna locales. Además, 70% de los materiales empleados para su construcción son reciclados.
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Para lograr que su invención flotara, Richart reunió decenas de costales con botellas de plástico y los ató para crear estructuras flotantes. Sobre los costales colocó un piso de madera y lo cubrió con arena. Para sujetar las estructuras usó raíces de plantas endémicas.
Preocupado por los miles de desechos plásticos que se generan a diario y sin control, decidió echar mano de estos recursos para construir su nueva vivienda, sentando así un precedente.
La Isla Joysxee cuenta con su propio jardín con árboles y plantas, con el fin de generar aire limpio, y emplea un mecanismo de olas que genera electricidad; incluso, puede obtener agua potable filtrando el agua con los manglares.
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El micromundo de Isla Joysxee
Además, Sowa cuenta con todos los servicios: su peculiar residencia posee paneles solares y un baño ecológico; sin embargo, en días de mal clima representa todo un desafío mantenerse de pie.
Pese a eso, la Isla Joysxee ha soportado una gran cantidad de ciclones y huracanes desde que comenzó su construcción en 2007. Hoy cuenta con una gran vegetación, incluidas plantas y árboles tropicales, que han creado un microclima alrededor.
Lo mejor de todo es que las puertas de la isla se encuentran abiertas al público, a cambio de una pequeña donación de aproximadamente 120 pesos; con esta aportación podrás conocer los alrededores de su residencia flotante y trasladarte en un pequeño ferry hecho también con botellas de plástico.
El sueño de Richart Sowa es construir algún día una isla con la que pueda viajar en alta mar por medio de hélices, velas y un timón, con el fin de recorrer el mundo.