Laguna de Aljojuca, un cráter que se camufla durante el invierno

Según una leyenda, en este cuerpo acuífero de Puebla una niña se convirtió en sirena

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Laguna de Aljojuca, el cuerpo acuífero que se camufla durante el invierno
Foto: WildFox/Pixabay

La laguna de Aljojuca es poco conocida pese a que es uno de los más impresionantes cuerpos acuíferos de Puebla; su lecho es un cráter —tipo maar, debido a que es ancho y bajo— generado por una erupción volcánica.

Su nombre proviene de las palabras náhuatl atl, «agua»; xoxouhqui, «azul celeste», y ca; en conjunto se puede traducir como «en el agua azul celeste».

El diámetro de esta laguna es de un kilómetro y su depresión mide 400 metros, aunque se estima que en la parte más profunda tiene 100 metros más.

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Una de peculiaridad de esta laguna es que durante el invierno se presenta un fenómeno que los lugareños llaman «azuframiento«: la laguna cambia del azul turquesa a un verde esmeralda intenso, provocando haciendo que los peces suban a la superficie.

En el costado norte de la laguna de Aljojuca es posible acampar durante la mayor parte del año, en un pequeño bosque; en la zona sur hay un gran número de acantilados verticales con senderos por los que se puede descender hasta la laguna. Asimismo, en este lugar se pueden realizar largas caminatas o recorridos en bicicleta.

Leyenda de la laguna de Aljojuca

Según la leyenda, hace algunos años una niña llevó a sus borregos a pastar cerca de una barranca, pero uno se extravió y tras una larga búsqueda, no pudo encontrarlo. Horas más tarde, el borrego apareció con el hocico mojado.

Esto le pareció sumamente extraño a la niña, pues en las cercanías no existía ningún pozo o cuerpo de agua donde el borrego pudiera hidratarse. Al día siguiente, la niña llevó otra vez a sus borregos a pastar y sucedió lo mismo.

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Como medida precautoria, la pequeña decidió colocarle un cascabel al borrego para seguirlo en caso de que volviera a extraviarse; y sucedió lo mismo que en días anteriores, pero esta vez la niña vio cómo el borrego descendía por la barranca y al llegar al fondo, bebía agua de un charco.

Extrañada por la existencia de aquel charco, la pastora comenzó a escarbar donde se encontraba el pequeño hidrante natural y el agua «encantada» comenzó a subir hasta inundar la barranca, ahogando a la niña, quien se transformó en una sirena y fue así como surgió la laguna de Aljojuca.