Corredor Constitución (Durango), un andador con mucha identidad

Corredor Constitución, el alma de Durango.

Durango: Corredor Constitución, un andador con mucha identidad
Foto: visitdurango.mx

Durango es un hermoso estado lleno de atractivos turísticos, uno de ellos es el Corredor Constitución, ubicado en el Centro Histórico de la ciudad, ocho cuadras de puro encanto urbano, enmarcado por imponentes edificios remozados e iluminados.

El Corredor Constitución de Durango es un andador peatonal que transpira magia, belleza e identidad a lo largo y ancho de sus rincones, ya que engloba toda la riqueza turística de este encantador estado del norte de la República Mexicana.

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Corredor Constitución, la belleza de Durango hecha andador

Este andador peatonal es un goce para todo aquel que transita a lo largo de sus ocho cuadras, ya que puede encontrar de todo: establecimientos de comida, cafeterías, heladerías, venta de artesanías, souvenires, templos, entre otras cosas. Los fines de semana, el Corredor Constitución es un espectáculo aparte, ya que se ofrecen diversos shows culturales para todos los gustos.

Por lo antes mencionado, este atractivo lugar es perfecto para disfrutar del encanto de Durango, mientras se observa el ir y venir de las personas, desde el Jardín Hidalgo hasta el Paseo de las Alamedas.

El perfil arquitectónico del andador es homogéneo en cuanto a la altura de sus construcciones que lo adosan. Por las noches hay espectáculos musicales, de comedia, así como algunos bares se abren a la calle ofreciendo música en vivo para disfrutar de la noche y del espíritu de la ciudad.

¿Qué visitar en el Corredor Constitución?

Museo de Arte Sacro

Aquí se exhiben obras pictóricas, así como una gran variedad de artículos religiosos que se muestra en la Galería Episcopal de la Catedral, cuenta con cerca de 500 piezas de los siglos XVII y XVIII distribuidas en ocho salas; su acervo incluye medio centenar de óleos, escrituras, muebles litúrgicos, libros corales y piezas religiosas exclusivas que lo hacen uno de los mejores museos en su tipo.

Jardín Hidalgo

Aquí es común ver a artesanos de Durango, los cuales elaboran impresionantes creaciones con sus manos, desde juguetes de madera, artesanías y utensilios tradicionales, mismos que son comercializados. También se pueden encontrar dulces típicos como fruta cristalizada, conservas, dulce de leche, entre otros.

Antiguo Colegio de la Compañía de Jesús e Iglesia de San Juanita de los Lagos

El primero es un claustro que funge como la Rectoría de la Universidad de Juárez en el estado de Durango, cuya construcción data de finales del siglo XVI; mientras que la otra alberga innumerables tesoros en su interior, fue edificada entre 1602 y 1616 por la Compañía de Jesús, pero en 1646 se derrumbó y se reconstruyó a finales del siglo XVIII.

Plaza de Armas

Esta plaza es símbolo de la identidad duranguense, custodiada por su Catedral y edificios con enormes ventanales y balcones. En su centro se halla un kiosco donde brindan información turística que suele ser el centro de reunión de locales y extranjeros.

Mirador

En el Corredor Constitución se encuentra un mirador desde el que, en las noches, se puede apreciar la silueta de la monja Beatriz, la cual hace referencia a la «Leyenda de la monja de la Catedral», lo que le da un toque de misticismo.

Leyenda de «la monja de la Catedral»

Según la leyenda, durante la intervención francesa en México, una monja de nombre Beatriz, quien vivía en uno de los conventos a las afueras de Durango, se enamoró de un soldado francés. A diario pasaba el militar con su pelotón por el frente del convento y la monja siempre lo observaba desde su ventana.

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Un día, el soldado llegó a las puertas del convento pidiendo ayuda tras una emboscada del ejército mexicano, por lo que la monja decidió darle asilo. Con el paso de los días se enamoraron, pero el soldado tuvo que despedirse de su amada tras el fin de la consumación de la intervención francesa, con la promesa de volver; sin embargo, el ejército mexicano los capturó y los fusiló, entre ellos al soldado.

Beatriz, desesperada por el paradero de su amado, acudía al campanario de la catedral del pueblo a esperar su regreso; desafortunadamente, un día mientras el sacerdote abrió las puertas del templo encontró el cuerpo sin vida de Beatriz, quien aparentemente cayó del campanario. Es por eso que los lugareños aseguran que por las noches se ve la silueta de una monja en el campanario, aguardando la llegada de su amado.