Cuando se tiene la oportunidad de observar la postal que regala el Parque Nacional Cerro de las Campanas, inmediatamente se queda prendido a su vasta hermosura. Este sitio, rodeado de naturaleza, es poseedor de varios elementos simbólicos que dan muestra del pasado que forja su grandeza.
Ubicado sobre la avenida del mismo nombre, es uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad de Querétaro. A lo largo de sus 58 hectáreas se extienden áreas verdes con frondosos árboles, circuitos accesibles para recorrer, museo para adentrarse a la historia del estado, además de una esculturas y capilla que concentran poderosos significados.
Se conoce como Cerro de las Campanas, porque su geografía se compone por piedras fonolitas -sonoras-, que al chocar con otras, producen un sonido semimetálico, similar a las campanas. Pero aquí no paran los detalles sorprendentes del lugar, pues en este punto sucedieron acontecimientos muy importantes, que ahora te contamos.
Resulta que los liberales encabezados por Benito Juárez, fusilaron en esta cima al emperador Maximiliano de Habsburgo -1867-, junto con sus dos generales incondicionales: los conservadores Miguel Miramón y Tomás Mejía. Se cuenta que el primero se trata del no reconocido séptimo Niño Héroe, mientras que el segundo personaje, era un indígena otomí originario de Pinal de Amoles, de la Sierra Gorda queretana.
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Símbolos del Cerro de las Campanas
Fue hasta 1900 cuando se reanudaron las relaciones con el gobierno de Austria, hecho que facilita construir en el Cerro de las Campanas, una Capilla Propiciatoria en memoria del líder del segundo imperio en el país, financiada por Porfirio Díaz, la cual, posee una arquitectura modernista decorada con tres cruces dedicadas a los caídos, razón por la cual también se conoce a este lugar como el Cerro de las Tres Cruces.
De acuerdo a los cronistas de la ciudad, está repleta de simbolismos, uno de los más importantes es el cuadro que adorna su altar, donde se ve a Jesús -que representa a Maximiliano– en los brazos de la Virgen de la Misericordia -su madre la emperatriz Sofía de Baviera-, quien envuelve el cuerpo del hombre recién crucificado, en una túnica con los colores de la bandera francesa, un mensaje donde hacer responsable a Francia y a Napoleón III, de la muerte de su hijo.
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Otro de los detalles ocultos en este espacio, es la estatua de Benito Juárez, justamente en la cima del Cerro de las Campanas, coloso que mide 13 metros de altura, realizado en piedra volcánica por el escultor Juan Francisco Olaguíbel, bajo las órdenes del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Dicen los cronistas, que sus dimensiones y el hecho que ocupe la parte más alta del parque, es para recordar el derrocamiento del segundo imperio de México. Por último, te contamos que en el Cerro de las Campañas también hay un museo que lleva el mismo nombre, el cual se inauguró en 2003 y se divide en cinco salas permanentes, donde se narra la historia de Querétaro.