Al sur de la Ciudad de México se encuentra la Zona Arqueológica de Mazatépetl, oculta entre las copas de los pocos árboles que quedan en el llamado Cerro del Judío, en la alcaldía La Magdalena Contreras, se encuentra este basamento piramidal que data de hace más de 800 años, así como otras estructuras y monumentos arqueológicos construidos entre el siglo XI y el siglo XIII por el pueblo otomí.
Desde antes de la fundación de Tenochtitlan, en la región sur de la que ahora conocemos como la capital de México, se erigió entre el año 1200 y 1380 un centro ceremonial en la punta de un cerro, al que los nativos llamaban Mazatépetl que significa «Lugar donde el venado vive».
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Desde este punto es posible tener una vista panorámica de la ciudad: desde la cordillera del Ajusco, hasta el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl, pasando por el Cerro del Chiquihuite, los canales de Xochimilco y las grandes edificaciones modernas, como los rascacielos de Santa Fe y del centro de la Ciudad.
Se trata de una de las zonas arqueológicas de mayor importancia en Mesoamérica, ya que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), cuenta con elementos clave para estudiar a la etnia otomí. Su importancia también radica en que alberga la cuarta edificación labrada en piedra de toda la región mesoamericana.
Arquitectura de la zona arqueológica de Mazatépetl
Cabe señalar que el principal basamento piramidal se encuentra en la zona mejor conservada, donde es posible observar que una parte de sus escalinatas fue labrada directamente en la roca, siendo de las pocas en presentar este tipo de diseño arquitectónico, similar al que se halla en Malinalco, Estado de México. Las pirámides y estructuras que se pueden encontrar aquí, fueron dedicadas a las deidades más importantes para esta cultura, como es el caso de Ehécatl, dios de la creación y del viento.
Uno de los elementos más destacados, es un grabado en la estructura principal de una tortuga-jaguar de aproximadamente un metro con cincuenta centímetros. Esa referencia mítica sólo ha sido rastreada en los murales de Cacaxtla, en Tlaxcala, entre el siglo V y X, por lo que se estima que algunos pobladores de esa región migraron hasta asentarse en la cuenca de México siglos después.
Descubrimiento y restauración de Mazatépetl
La zona estuvo en las sombras por mucho tiempo, hasta que en el año 2000 el INAH inició los trabajos de descubrimiento y rescate del sitio arqueológico, después de un largo período de reconocimiento en la cima del cerro. Las edificaciones se encontraban ocultas entre la maleza, por lo que era difícil saber de ellas, sumado al hecho de estar en un espacio montañoso de difícil acceso.
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No obstante, los habitantes del Ejido de San Bernabé Ocotepec, sabían de la existencia de una pirámide secreta, pues sus ancestros contaban historias sobre ella, e incluso, se dice que desde la llegada de los españoles, no se dejaron de practicar rituales ahí. Actualmente es un área protegida por el gobierno capitalino, al tiempo que la administración local se encarga de su preservación y forma parte del Centro Ecoturístico Cerro Mazatépetl. Además, cuenta con un museo dentro del área en el que se difunde información sobre los antiguos pobladores, sus costumbres, tradiciones y cosmovisión.