¿Recuerdas la escena en que Alien está a punto de atacar a Ellen Ripley (Sigourney Weaver) en el Nostromo? Pues mientras tomas unos tragos en el Bar Giger o miras las obras del Museo HR Giger, ten cuidado de que esto no pase. Sí, en Suiza, en el pueblo de Gruyère, existen un bar y un museo “monstruosos” que hacen honor a Hans-Ruedi Giger, el creador de Alien.
Giger fue el demiurgo de un universo apocalíptico con criaturas biomecánicas que mueven al horror y la desesperación; además, fue el genio que diseñó el llamado Xenomorfo, el ente alienígena de cabeza alargada y babeante exo-dentadura que provocaba el terror de los astronautas en la película Alien (1979), dirigida por Ridley Scott.
Él nació precisamente en Suiza y estableció su primer taller de “horrores” en Zurich. Tiempo después, luego de ganar reconocimiento por haber obtenido el premio Oscar en 1980 por Alien, Giger fue invitado como toda una estrella de Hollywood a la ciudad de Gruyère, en 1990, para participar en una retrospectiva sobre su obra, en el Castillo Saint-Germain, aprovechando los 10 años del Oscar y su cumpleaños 50.
A Giger le gustó tanto este castillo, situado en el punto más alto de una colina, que lo compró. En ese momento nació el edificio Giger.
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Alien, entre tragos y esculturas
Con una historia de 400 años, nunca el Castillo Saint-Germain fue tan famoso y visitado como en 1998 y 2003. Y así hasta la actualidad. En esos años vieron la luz el Museo y el Bar Giger.
Los centenarios muros de piedra del bar son el “esqueleto” perfecto para su estética biomecánica. La barra y las mesas se hallan precisamente debajo de una serie de ojivas adornadas con columnas vertebrales. El café o cualquier trago es bueno, pero la especialidad del lugar son los vinos blancos que se producen en la región. Cuidado con los cráneos de los estantes, no te vayan a morder.
Como no podría ser de otra manera, puedes acompañar estos caldos con un plato de queso gruyère o una fonduette (pan con queso derretido). A la par, puedes pasar horas revisando los detalles de los sillones, los cuales parecen haber sido elaborados con huesos. Pide también el Alien Coffee, compuesto por una bebida caliente a elegir, merengues, crema de leche de la región y un licor verde de hierbas llamado Grande Gruyère.
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Si te apetece, antes puedes conocer el Museo H.R. Giger, donde, obviamente, el motivo principal es el alienígena Xenomorfo. Si logras salir del asombro sin un rasguño, prepárate porque no es el único personaje de horror del museo: esculturas, pinturas, maquetas, bocetos y hasta proyectos inconclusos, como el rediseño del Batimóvil que hizo Giger en 1994.