Hablemos de todo un encanto marino y pesquero conocido como la dorada playa de La Cruz, que se extiende a través de 5 kilómetros divididos entre El Tizate, Cruz de Huanacaxtle, La Manzanilla, Piedra Blanca y Arena Blanca, donde encontrarás no solo los típicos placeres de la playa, también aquellos que emanan de las cocinas de sus restaurantes, con una tradición culinaria de más de 50 años.
Sus aguas permiten la práctica de snorkel, buceo y, cuando llega el invierno, sus olas alcanzan una altura suficiente para retar a los más intrépidos surfistas. Pero si la cosa es calmada, entonces unas horas de pesca bajo la luz de la luna llena, que, en cuanto sea posible, regresará con torneos y coloridas fiestas sobre yates.
A 6 kilómetros de la costa de Bucerías, este poblado ha cobrado relevancia como parte del gran desarrollo de Riviera Nayarit, así que en 2008 se renovó por completo, hasta el nombre, porque ahora se le conoce como Marina Nayarit, dando un aire más moderno y deportivo, con 340 espacios, donde se pueden acomodar yates y lanchas.
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📍 Marina de La Cruz de Huanacaxtle
— Riviera Nayarit (@RivieraNayarit) November 13, 2020
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Modernidad y tradición definen a La Cruz
Con la construcción de la Marina llegó el club de yates, un centro de negocios, sky bar, restaurante, mercado de mariscos, muelle y uno de los astilleros más equipados del país que, entre otras cosas, alberga la grúa más grande del Pacífico.
A pesar de toda esta modernidad, este hermoso poblado aún conserva su esencia tradicional, regalando postales de sus pescadores, al llegar al muelle después de su jornada laboral, con su lanchas repletas de pescado, además de sus costumbres y folclor.
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El nombre de La Cruz fue en honor a una imagen -en esta forma- que se encontraba en la entrada del lugar, que de acuerdo con los lugareños, se talló en madera de un árbol llamado Huanacaxtle, también llamado Oreja de Elefante en otras partes de América.
Su fundación se llevó a cabo en 1930 por la familia Chávez, una generación que aún vive en este pueblito rústico, de calles empedradas, que por ahora mantiene una atmósfera relajada, casi tranquila, para pasar unos días maravillosos, sin contratiempos.