Sesteo es un rinconcito de Nayarit con mar abierto y que carece de bahías, ya que su oleaje es fuerte para nadar o para practicar algún deporte. Aquí el viento sopla con fuerza y los mosquitos suelen hacerse presentes. Asimismo, cuenta con mínimos servicios turísticos, pese a esto, es un lugar perfecto para comer, donde la paz y tranquilidad están aseguradas.
Sesteo se encuentra bastante alejado de las zonas turísticas, del ajetreo, el bullicio y la saturación de personas. Llegando por una carretera de 40 kilómetros que inicia en Santiago Ixcuintla, un pueblito bastante lindo con arquitectura de la época porfiriana, y termina en el ejido Los Corchos, para continuar por una brecha de tierra de un kilómetro.
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A primera vista, Sesteo es una simple aldea de pescadores, pero es más que eso, ya que es el sitio perfecto para acampar en familia o con amigos cerca del mar, y así disfrutar del sol, arena, olas y de uno que otro paseo por la playa.
Además, muy cerca se encuentran trece comunidades que sin duda alguna te van a fascinas como Los Corchos, Boca de Camichín (donde preparan exquisitos ostiones) o bien recorrer en lancha la mítica isla de Mexcaltitlán.
Sesteo es el lugar ideal para los que gustan de la tranquilidad, el comer bien y aun buen precio, así como de aquellos que aman explotar destinos poco concurridos por las personas.
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La mayoría de personas de Sesteo son muy amigables y sencillas. Gustan de atender al turismo como se debe y conversar con los visitantes, además de conocer una que otra historia como la del hombre que atrapó con sus manos un pargo de 18 kilos
Incluso alguna anécdota, como la que dice que hace muchos años unos prisioneros de las Islas Marías lograron fugarse en balsas prefabricadas y llegaron a la costa de Sesteo, donde huyeron y jamás se volvió a saber de ellos.
En temporada vacacional, el movimiento en Sesteo es mínimo. Aquí es común ver algunas familias o parejas disfrutando del mar, el sol, las olas y la arena. Únicamente en Semana Santa se llena de personas.