Tlacotalpan, la tierra del gran maestro Agustín Lara se embellece por su outfit en colores alegres que resaltan sus casonas y edificios históricos.
Al instante este destino enloquece los sentidos, pero tiene mucho que degustar entre cultura, tradiciones y gastronomía.
Tlacotalpan se localiza a hora y media del puerto de Veracruz, en la orilla del río Papaloapan; fue fundada por los españoles en el siglo XVI para desarrollar actividades ganaderas, como aldea de pescadores.
De hecho, la belleza que caracteriza la arquitectura del centro histórico de Tlacotalpan, le valió la declaratoria como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1998.
Su singular estructura urbana da muestra de una interesante y rica interpretación vernácula del estilo neoclásico en sus construcciones del XVIII y XIX.
Para descubrir a fondo Tlacotalpan hay que hacer una parada por el Teatro Nezahualcóyotl, un recinto que mezcla elementos art nouveau, art déco y del funcionalismo de principios del siglo pasado.
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De paseo por Tlacotalpan
Es precisamente su atmósfera urbana la que invita a recorrer a pie Tlacotalpan, sin embargo también es costumbre andar en bicicleta, así que es fácil ver a familias sobre este vehículo circulando por sus hermosas calles.
Así encontramos la iglesia de San Miguel Arcángel, también conocida como San Miguelito. Es considerada como la más antigua de Tlacotalpan, con una fachada de estilo neoclásico.
Su interior resguarda una imagen pintada al óleo de Nuestra Señora de la Soledad, llamada la Solita de San Miguel.
Es en la Plaza de Doña Marta, donde se concentran los jaraneros y decimistas, cada 2 de febrero, Día de la Candelaria, la fiesta más importante de Tlacotalpan desde hace más de un siglo.
Cerca está el Callejón del Espanto, nombre que recibió después de que un vecino difundió la historia de apariciones y eventos paranormales, para evitar que se convirtiera en un espacio para los enamorados que les gustaba refugiarse en este lugar.
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En Tlacotalpan se dice que la imagen de su santa patrona fue rescatada en el siglo XVIII entre las aguas del Papaloapan, la cual se refugia en la Capilla de Nuestra Señora de la Candelaria.
Destaca su construcción en coral de la zona de Veracruz y Campeche; además, se usó piedra de la Sierra de Oaxaca.
Otro lugar para disfrutar entre caminatas es la Plaza Zaragoza de Tlacotalpan, la cual está rodeada de jardines con palmeras y banquetas de mármol.
A un costado se encuentra la Iglesia de San Cristóbal, que se distingue por su color blanco y detalles en azul, de estilo neoclásico.
No podemos dejar Tlacotalpan sin degustar sus platillos que tienen como base los productos de mar, como el tradicional arroz a la tumbada, róbalo relleno de mariscos, caldo de pescado, entre otras delicias como tortitas de tismiche o los tradicionales tamales de cazuela.