¿Un castillo blanco en Xochimilco? Y se llega en trajinera

Este imponente castillo blanco es digno de admirarse y es una de las tantas joyas que guarda Xochimilco.

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¿Existe un castillo blanco de Xochimilco? Conócelo
Foto: joolesrules/Instagram

Los canales de Xochimilco son famosos por sus recorridos en trajinera, por sus múltiples mitos y leyendas y por… un Castillo Blanco, en el barrio de San Diego Tlalcozpan, al norte de la alcaldía, fundado en el siglo XVIII.

San Diego Tlalcozpan es considerado uno de los nuevos barrios de Xochimilco y su nombre proviene del náhuatl, que significa «lugar de la tierra amarilla». Durante su fundación, los pobladores de esta zona se dedicaban a la agricultura y la ganadería.

El Castillo Blanco se localiza en la zona chinampera de San Diego; únicamente se puede llegar allí en lancha o trajinera; sin embargo, no cuenta con acceso al público, pues es propiedad privada de Eduardo Ramírez.

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Un castillo sin origen

El inmueble tiene estilo medieval, pero no existen indicios de que se trate de un regalo de bodas o de alguna otra historia extraordinaria como se especula; de hecho, no hay muchos datos sobre su origen, pero gracias a su majestuosidad y belleza natural, es una construcción digna de admiración. Según el Parque Ecológico Toltenco Mágico, se cree que se construyó durante la década de 1940.

«Pobladores que ahora rondan la tercera edad cuentan que en el pasado el dueño del castillo de Xochimilco permitía a los niños que se graduaban de primaria y secundaria de la zona realizar sus fiestas de fin de curso dentro de su propiedad. Sin embargo, desde hace 40 años la propiedad pasó a un segundo dueño, quien aunque sigue viviendo dentro del castillo, suele ser más ermitaño y se niega a que alguien entre o siquiera se acerque», revela Toltenco Mágico.

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Asimismo, existe otra leyenda: una princesa quería tener un castillo que estuviera rodeado por una fosa de feroces caimanes, como en los cuentos medievales. Lo más cercano a la CDMX eran los canales de Xochimilco y los ajolotes que custodian sus aguas.

Tras un sismo en 2017, el castillo sufrió algunos desperfectos en su fachada que le dieron un toque más especial, digno de una leyenda urbana, aunque en realidad sólo se trata de una joya arquitectónica de los canales de Xochimilco.