El girasol es una flor originaria de México que enamoró al artista Vincent Van Gogh, de Países Bajos, gracias a su belleza, colorido y luminosidad.
Su nombre científico es Heliantus annuus, también conocido como maíz de Texas, gigantón, flor de Sol, lampote y polocote.
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Es una planta domesticada de la familia de las asteráceas. Los nahuas lo conocían como chimalatl («escudo») o chimalxóchitl (xóchitl significa «flor») y los otomíes de Hidalgo le dicen yendri, mientras que en Guerrero se denomina quisnaniquitonale, xaricamata en Michoacán y sunchín en lengua pame.
Es una planta que se renueva cada año. Puede medir entre uno y tres metros; los tallos y las hojas son erectos y largos, poseen pelos toscos. Las cabezuelas están compuestas por numerosas flores sésiles —sujetas a un sustrato— dispuestas en un disco o copa y protegidas por brácteas.
Las flores exteriores son de color amarillo, marrón y anaranjadas, mientras que las internas son cafés. Su nombre «girasol» hace referencia a una de sus propiedades: puede girar siguiendo los movimientos del Sol —heliotropismo—. Todo esto con el fin de aprovechar al máximo la luz del Astro Rey.
Debido a su colorido, tamaño y forma, esta planta se extendió por el mundo; no sólo fue empleada como flor ornamental, también como fuente de inspiración para artistas de la talla de Van Gogh, Diego Rivera y Gustav Klimt.
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Por tanto me planteo la siguiente pregunta, a Van Gogh le gustaban los girasoles xq se medicaba, ¿a ti, xq te gustan? pic.twitter.com/fQ0LD9DSzI
— 🅹🅾🆃🅰 🅱 (@La_JotaB) August 20, 2020
Bon dia!
— laura franch (@franch_laura) April 18, 2019
¡Buenos días!
🎨 Gustav Klimt, “El girasol”, 1907 pic.twitter.com/XemTeTJEcw
Girasol, en lienzos universales
Diego Rivera plasmó su belleza en su obra Los girasoles; Klimt en su trabajo El girasol, y Van Gogh hizo lo propio en una gran cantidad de trabajos al óleo que llevaban por nombre Los girasoles.
Durante muchos años se pensó que el girasol provenía del norte de México y el oeste de Estados Unidos; sin embargo, algunos descubrimientos arqueológicos de los aquenios o semillas en Tabasco y tres en Morelos, han dejado al descubierto que la procedencia de esta planta se halla en el centro de México.