El huipil es una prenda tradicional bastante representativa de México que por generaciones ha vestido a las mujeres de varios pueblos originarios. Su nombre proviene del náhuatl huipilli, que significa «blusa o vestido adornado», y su origen data de la época prehispánica.
Esta esplendente prenda presume con orgullo motivos geométricos, figuras humanas, de animales o plantas, los cuales guardan un simbolismo diferente en cada comunidad donde se usa. Esta indumentaria era portada en ceremonias socio-religiosas y por la élite, posteriormente se empleó en todos los estratos sociales.
De acuerdo con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), existe un tipo de huipil para el uso diario y otro para ocasiones especiales. Por ejemplo, el que utilizan las mujeres en su boda es el mismo que portan en su muerte, como se acostumbraba en tiempos precolombinos.
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Los códigos del huipil
De igual forma, las mujeres casadas deben usar un huipil con flores abiertas para hacer notar su estado civil, mientras que las jovencitas deben portar huipiles con flores cerradas.
A partir del corte básico del huipil se ha confeccionado toda una gama de modelos: cortos, a la cintura, a los tobillos, así como de diferentes tamaños y anchuras. Recientemente se han elaborado algunos más ceñidos al cuerpo femenino.
Anteriormente, las mujeres no usaban prenda alguna para cubrir su pecho; sin embargo, en la época de la Colonia el huipil se empleó como blusa, pues los españoles consideraban vergonzosa esta práctica. Se elaboraban con algodón y lana, en un telar de cintura, y en algunas ocasiones se combinaban las dos fibras.
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Para el año 1563 la confección del huipil evolucionó con la llegada del telar de pedales y el tejido de brocado, técnica con la que se elaboran en la actualidad, mientras que el bordado a mano se usa para rematar el cuello y las bocamangas.
Hoy el huipil se usa en los estados del sur del país, como Chiapas, Yucatán, Quintana Roo, Oaxaca y Guerrero, así como en la zona cercana a Tehuacán, en Puebla; en Amatlán de los Reyes, Veracruz; en Tetelcingo, Morelos; Tuxpan, Jalisco, y en otros pueblos de la Meseta Tarasca michoacana.
Esta hermosa prenda representa un símbolo de orgullo para las mujeres de los pueblos originarios, algunas lo portan de manera cotidiana, otras en forma ocasional y también hay quienes no lo portan, pero les gustan su colorido y belleza.