En Ciudad Juárez, Chihuahua, se encuentra un camposanto llamado Cementerio Senecú, también conocido como el «Panteón de los niños«, el cual se encuentra rodeado por un fraccionamiento de casas y encierra un sinfín de leyendas urbanas que a través de los años han pasado de boca en boca.
Te podría interesar: Conoce el escalofriante Panteón Inglés en Real del Monte
Panteón de los niños, un lugar para el descanso de las almas de chicos y grandes
Pese a ser conocido como «Panteón de los niños«, aquí no solo reposan las almas de aquellos infantes que desafortunadamente han perdido la vida, sino también cuerpos de adultos, ya que durante muchos años, los habitantes de los ejidos del Valle de Juárez, usaban este predio para enterrar a sus seres queridos que habían fallecido y así no llevarlos a los cementerios municipales.
Aunque se pueden encontrar tumbas de personas de todas las edades, en su mayoría son de niños menores de 16 años, de ahí su nombre. Muchas de las tumbas son de niños recién nacidos hasta adolescentes, en su mayoría los sepulcros no tienen cruz ni nada que las identifique, mientras que otras muestran ángeles degollados que le brindan un aspecto tétrico al cementerio.
Leyenda del cementerio
Una de las leyendas más famosas sobre el «Panteón de los niños» asegura que si estacionas tu auto a las afueras del camposanto, huellas de manos pequeñas, marcadas con lodo, aparecen en la carrocería del vehículo, mientras que muchos otros aseguran haber escuchado risas de niños mientras recorrían el lugar.
A lo largo de los años, los juarenses han asegurado que los espíritus de los niños que yacen aquí salen a jugar y sus siluetas se pueden apreciar a la distancia, incluso hay quienes narran haber sido perseguidos por esos espíritus hasta su domicilio.
Actualmente, el «Panteón de los Niños» se ha convertido en refugio de borrachos, indigentes y mal vivientes, además de estar lleno de basura, y pese a estar prohibidas las inhumaciones, éstas siguen ocurriendo, debido a que el lugar no se encuentra cercado ni bardeado, por el contrario, está abierto al público a cualquier hora y no existe ningún tipo de restricción.
Te podría interesar: Chernóbil mexicano: el accidente radioactivo de Ciudad Juárez
Un lugar de paz
Contrario a lo que muchos pudieran pensar, el «Panteón de los Niños» puede ser un lugar apacible y silencioso, por lo que se recomienda a todos aquellos curiosos o personas que deseen visitar el lugar, lo hagan con el mayor respeto posible, ya que aquí yacen los restos de personas que perdieron la vida, por lo que está prohibido vandalizar, alterar o dañar cualquier parte del cementerio.