Turibus con Stand Up por las calles de la CDMX
Solo en una ciudad vanguadista como lo es la Ciudad de México, con miles de opciones para divertirse, podría surgir un show tan original como el del Turibus Stand Up: carcajadas, botana y mucha diversión mientras circulamos, y admiramos, las incontables atracciones de Paseo de la Reforma, la avenida más importante de la urbe.
El Turibus surgió en el año 2000 y en dos décadas ha consolidado cuatro rutas en la CDMX y extendido su servicio a las ciudades de Puebla, Veracruz, Cancún, Mérida y Valladolid; ya que es una excelente opción para descubrir las zonas más interesantes de cada lugar, pues cuenta con paradas establecidas y los pasajeros pueden subir y bajar cuantas veces quieran.
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Desde hace unos años, Turibus ofrece sus Experiencias; hay unas familiares y otras para vivir la auténtica fiesta chilanga, como el tour Cervecero, el de Cantinas, las Turiluchas y ahora el Turibus Stand Up, que en una hora y treinta minutos, con bebida y botana; te permitirá olvidarte del estrés citadino y pasarte un muy buen rato con las rutinas de comedia de cuatro standuperos, que, micrófono en mano, crearán sketches cómicos por un espacio de 20 minutos mientras recorres Paseo de la Reforma.
El punto de encuentro es la entrada principal de Reforma 222. el Turibus sale a las 8 PM, pero te recomendamos llegar antes para elegir el asiento de tu preferencia. Lleva ropa y calzado cómodo, y abrígate, ya que las noches en la ciudad pueden ser frescas y el show se ubica al aire libre, en la parte superior del turibus.
El Turibus se pone en marcha por el soberbio Paseo de la Reforma. El primer standupero se autodenomina chavorruco. Dice que es chilango de corazón pero luego confiesa que es Oaxaqueño (¡!). Mientras nos reímos con sus ocurrencias, admiramos el naranja intenso de la puesta de sol y las nubes aborregadas en el cielo. Luego aparece el Monumento a la Revolución y nos deslumbran sus juegos de luces. ¡Qué ciudad!
Termina el recorrido y aplaudimos a estos héroes del micrófono que se burlan de sí mismos pero sobre todo, de nosotros. Llegamos entonces al punto de partida y estamos relajados, más ligeros y felices de estar vivos en esta ciudad, caótica sí, pero magnífica y cosmopolita.
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