ARBO: una tribu nómada en la escena musical mexicana

Seis cerebros se mimetizan para quemar el escenario con su talento que desbordan en energía mística

ARBO banda mexicana
ARBO

Para conocer esta propuesta nacional, hay que explorar las raíces de ARBO, que de sedentarios como banda fusión entre ensayos y conciertos, hoy son una tribu nómada de músicos, poetas, videoastas, que se encuentran separados por muros y ciudades, pero conservando encendida su identidad creativa.

En sus orígenes estaban conformados por tres integrantes, ahora son seis mentes que se van ramificando entre gustos e influencia derivadas del rock, jazz e industrial, para dar como resultado una especie de música ritual, que se vibra en cuatro producciones: Unum, Ecos, Obra y ¿Quién eres?

Te puede interesar: 6 clubes para escuchar blues y jazz en Chicago

Son 60 rolas que “cuentan historias sobre árboles que arrancan sus raíces para caminar sobre la frontera utopía-distopía”, como narran en su página oficial. Pero mejor realicemos una breve exploración por algunas de sus canciones como Triada, que se pensó como track de media hora, que se fue condensando hasta dar como resultado un sonido oscuro y laberíntico

En este viaje nos encontramos con Sed, que dicen los propios músicos es un gemido que surge desde el encierro pandémico, el mismo que murmura y canta el deseo de salir volando a buscar el abrazo de la ciudad

Concluyamos la travesía con Hebik, una palabra maya que significa abrir, de ahí que sea una pieza que encuentra salida a través de cuatro versiones y, puede tener muchas más, razón para invitar a más músicos, realizadores o creativos, a sumarse a este proyecto y juntos forjar la llave que abra la siguiente puerta.

ARBO para entrelazar más raíces

Ahora, solo resta descubrir el talento detrás de ARBO: Juan Contreras toca el sinte monofónico-psicodélico; además diseña sintes virtuales y produce radio en vivo. Sus bandas alternas son: Data, Sonoma y D.E. Life.

Karín Mijangos es poeta, calígrafo, ilustrador, cazador de sonidos y percusionista. Tiene un proyecto de paisaje sonoro y participa también en publicaciones independientes de corte contracultural.

Te puede interesar: Primer club de jazz en Los Cabos: Jazz in the Rocks

En la batería hallamos a Hugo Díaz, quien además es compositor y letrista en ARBO. Sus compañeros lo describen como un obsesivo con la sección de platillos, para generar ambientes místicos, donde agrega polirritmia al pulso cardiaco. Sus bandas anteriores son Lafavra y Encefálisis.

Continuamos este tour conociendo a Erik Toriz, quien a través de la tecnología, otorga a la banda sonidos de saxofón del año 30, incluso le da tonos como si se tratara de un cuarteto de cuerdas. A este nómada también se le conoce su participación en proyectos como  Alma Derruida.

En el camino está Pedro Tadeo, quien agrega profundidad a las escenas con pads, sampleos y melodías; siempre con ambas manos ocupadas en las perillas y teclados que lo rodean. Sus bandas alternas son Data, Sonoma y D.E. Life.

Al final del trayecto aparece la figura de Fernando González, quien abre su maleta de influencias para dar vida a la lírica de ARBO, misma que transmite a través de su piano y voz. A él también se le conoce por sus proyectos de Ogo y Sociedad Minimalista.

Viajar con la banda en la red como @arbomx