Descubre los edificios abandonados más interesantes de la CDMX

Estos emblemáticos inmuebles tuvieron un pasado glorioso y rebosante de anécdotas

2014
Descubre los edificios abandonados más interesantes de la CDMX
Foto: neri_narvaez/Instagram

En la CDMX existen edificios inconclusos —en obra negra—, muchos otros han sufrido daños estructurales y otros simplemente han sido abandonados. Algunos de éstos cuentan con una arquitectura impresionante y están envueltos en un aura de misticismo gracias a su entorno.

Pese a no tener ningún uso, estos edificios abandonados se han convertido en parte del paisaje urbano y la historia de la Ciudad de México.

Te presentamos algunos de los más interesantes de la capital del país:

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Cine Ópera

El Cine Ópera fue diseñado por el arquitecto Félix T. Nuncio en 1949, con interiores del escenógrafo Manuel Fontanals. Se encuentra en el número 9 de la calle Serapio Rendón, en la colonia San Rafael.

Su arquitectura y decoración es de estilo art déco y su fachada está enmarcada con un ventanal con dos esculturas talladas en piedra, que muestran las máscaras de la comedia y la tragedia.

El 12 de octubre de 1998 se llevó a cabo el concierto de la banda británica Bauhaus, pese a que el recinto sufrió daños estructurales durante el terremoto de 1985. Desde entonces, este espacio permanece cerrado y hoy se encuentra en ruinas.

Insurgentes 300

El complejo habitacional Insurgentes 300, también conocido como Canadá, es un icono de la CDMX; se encuentra en la colonia Roma, en el polígono que ocupan las calles Insurgentes, Medellín, Querétaro y Zacatecas.

El edificio de 420 departamentos y oficinas tuvo su mayor esplendor entre las décadas de 1950 y 1960; sin embargo, poco a poco fue quedando en el olvido. Se dice que los sismos de 1985 pusieron en riesgo su seguridad estructural y por eso fue desalojado.

Esta edificación fue pensada para albergar la sede de la Sub-Central de Correos, a petición de la entonces Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), que lo solicitó en 1956. Desafortunadamente, nunca se destinó para ello; por el contrario, albergó despachos y oficinas.

Su belleza decadente lo hace irresistible y a la vez vulnerable. Además, corren diversos mitos extraños sobre este inmueble, debido a la vibra que se siente allí.

Hotel Posada del Sol

Se encuentra en la calle Niños Héroes 139 y Doctor Navarro, en la colonia Doctores. Este edificio abandonado fue construido por el reconocido arquitecto Fernando Saldaña Galván en el año 1940.

Su estructura ocupa casi media manzana y está conformado por seis pisos y más de 600 habitaciones rodeadas de jardines, patios, fuentes, terrazas y miradores elevados. Su diseño combina iconos de la mitología griega con personajes de la Revolución Mexicana.

La posada únicamente abrió al público durante 8 meses y hay muchas versiones sobre su cierre. La primera, que los problemas se debieron a las deudas contraídas para terminar su edificación. La segunda se relaciona con las guerras entre los antecesores de Saldaña Galván, y una tercera se refiere a la masonería.

Pero existe una versión aún más tétrica: en la campana frente a la estatua de San Francisco de Asís, a la entrada de la capilla del hotel, se encontró el cadáver de Fernando Saldaña Galván, dueño y arquitecto del lugar.

Sus instalaciones fueron utilizadas para varios fines. Fue sede del Instituto Nacional para el Desarrollo Comunitario y la Vivienda Rural (Ideco), el Instituto Nacional Indigenista (INI), la Oficina de la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF) y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

En sus últimos años se empleó como sala de cine y bodega de muebles incautados. Hoy sólo forma parte de los inmuebles abandonados.

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Cine Orfeón

Fue inaugurado en 1938 por los estadunidenses John y Drew Eberson, con un diseño art déco. El Cine Orfeón era uno de los recintos culturales más importantes en las década de 1930 y 1940; sin embargo, fue cerrado en 1947.

Este antiguo cine se encuentra en el número 40 de la calle Luis Moya, en la colonia Centro, a una calle del Barrio Chino, totalmente abandonado.

Este emblemático inmueble cuenta con tres mil 165 butacas, un escenario monumental, un foso de orquesta, mecánica teatral… pero aún así quedó en total olvido.

El Patio

Este entrañable centro nocturno fue fundado el 12 de octubre de 1938 por el empresario Emilio Azcárraga Vidaurreta; fue uno de los escenarios más reconocidos de la época, donde se presentaron artistas de la talla de José José, Juan Gabriel, Lupita D’Alessio, Rocío Dúrcal y Lola Beltrán, entre otros.

El Patio se encuentra en el número 9 de la calle Atenas, en la colonia Juárez, a un costado de la Secretaría de Gobernación. Hasta hace unos años era uno de los centros de espectáculos con mayor relevancia, hasta la aparición del Auditorio Nacional.

A finales de los años treinta, la gente de todos los rincones de la CDMX se daban cita en este sitio para cenar y pasar un momento agradable. Era sumamente famoso por su elegancia —la gente iba vestida de etiqueta—.

Los dueños de este centro nocturno fueron Vicente Miranda y Conchita Vélez, quienes compraron el complejo a Azcárraga Vidaurreta. En 1969 pasó a manos de Francisco Aguirre, fundador de Grupo Radiocentro.

Cerró sus puertas de forma definitiva en 1994, debido al incremento de conciertos que comenzaron a llevarse a cabo en el Palacio de los Deportes y el Auditorio Nacional. Hoy se encuentra abandonado, pese a que su marquesina conserva todas sus letras.

Atlantis

En las décadas de 1980 y 1990, los balnearios en la CDMX tuvieron un auge sin igual. En Chapultepec se encontraba Atlantis, el primer delfinario de la capital, sobre avenida Constituyentes.

Este delfinario fue inaugurado en 1981 y cerrado en 1999, debido a los maltratos que recibían las especies marinas del lugar. Algunos ejemplares quedaron atrapadas tras el abrupto cierre, entre los que se encontraban cuatro lobos marinos y tres delfines. Estos animales fueron trasladados a Jalisco y Guanajuato para su cuidado.

Las ruinas de este parque se encuentran en pie; sin embargo, se han convertido en un refugio para personas en situación de calle y forman parte del desolador paisaje de la zona.