Danza de la pluma, a través de sus movimientos narra el mestizaje cultural de México

Descubre cada una de las características que dan origen a esta expresión artística y cultural del país.

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Danza de la pluma
Foto: @SECTUR_GobOax/Twitter

La Danza de la pluma es una de las más espectaculares a nivel nacional, la cual representa a los Valles Centrales de Oaxaca. Cada año, sus intérpretes sorprenden al público asiduo a la Guelaguetza, la máxima fiesta patronal y tradicional del estado.

De acuerdo con los historiadores, la Danza de la pluma narra el mestizaje cultural que se dio con la llegada de los españoles. Por medio de sus impresionantes penachos decorados con plumas y su coreografía, expresan este hecho que formó parte de la conquista.

Los especialistas aseguran que la Danza de la pluma es la representación más importante del legado zapoteca, que también da muestra de sus conocimientos astronómicos. A través de la tradición oral se sabe que se ejecutaba para festejar a sus reyes prehispánicos.

Sin embargo, su contexto cambió con la manipulación de los misioneros, quienes utilizaron esta expresión artística para evangelizar, adaptando la Danza de los moros y cristianos para lograr este fin, la cual la trajeron de España, misma que representa el periodo de dominación árabe sobre la península ibérica.

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¿Qué forma parte de la Danza de la pluma?

El INAH explica que se trata de una coreografía de tipo dramática, donde más que contar la derrota de los mexicas, narra la fusión de las dos culturas que dan lugar al México que conocemos actualmente.

En la Danza de la pluma se hace uso de una corona que se elabora con la técnica de pluma anudada, las cuales son pintadas de diversos colores como amarillo, naranja, azul, morado, entre otros. Se utilizan entre tres mil 500 a cuatro mil y para finalizar un penacho para adulto, se requiere por lo menos de seis meses.

 

El vestuario que conforma la Danza de la pluma consta de cacles -calzado-, tubos hechos de tela religiosa llamada “espiga de trigo”, calzón de manta, mandil, blusa de terciopelo, ayacachtli, palmeta, capa y borlas.

Mientras que la música que acompaña a su coreografía está interpretada por bandas de aliento que entonan valses, chotis, polcas, pasos dobles, marchas y jarabes, cada una de estas composiciones pertenecen a  autores anónimos, heredadas por generaciones, para formar parte de la Danza de la pluma.

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