Conoce la Casa de Medicina Ancestral Tlaltonatzintli

Medicina ancestral sigue vigente en la actualidad y la Casa de Medicina Ancestral Tlaltonatzintli, donde encontrarás diversas actividades.

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medicina ancestral
Foto: Instagram/ @casademedicinaancestral

La medicina ancestral es todo aquello que nos acerca a nosotros mismos, a la Naturaleza, al Gran Espíritu. La Casa de Medicina Ancestral Tlaltonatzintli cuenta con varias experiencias de transformación.

Estas experiencias son el temazcal lunar, la poza de barro, el apantli, el laberinto del sapo, entre otras.

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¿Qué encontrarás en la Casa de Medicina Ancestral Tlaltonatzintli?

  1. Poza de Barro

Entre la medicina ancestral está la Poza de Barro, que es una experiencia de profunda integración con la Madre Tierra.

El barro contenido por la forma de una tortuga, es extraído de varios metros de profundidad y tiene un ligerísimo olor a azufre, lo que le permite extraer del cuerpo físico, todo exceso de fuego; es decir, todo lo que está inflamado o adolorido.

Según la medicina ancestral, la energía de vida y fuerza amorosa de la Madre penetran así, a través de la piel que es el órgano más grande que tenemos.

  1. Apantli

En el Centro de Medicina Ancestral corre un canal de agua viva conocido como Apantli, en el que uno puede dejarse llevar por el flujo de la vida, soltando la necesidad de controlarla.

El choque térmico al pasar de las elevadas temperaturas del temazcal al agua fría del Apantli hace que el exceso o falta de calor en el cuerpo se nivele y se limpie la sangre.

El paso de la poza de barro al canal pone a prueba, sin duda, nuestras resistencias al cambio.

  1. Laberinto del Sapo

El laberinto es un arquetipo sagrado que simboliza el nacimiento y renacimiento. Los ancestros dejaron marcado Tapalehui como un lugar sagrado con una piedra labrada en forma de Sapo. El Laberinto honra su forma y su recorrido es de carácter iniciático: la sagrada espiral que nos lleva a sincronizarnos con la unicidad.

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De ida se recapitula y asienta a la vida tal y como ha sido. La estancia en el centro sirve para reconectarnos con el aquí y el ahora, con la realidad tal y como es y con la Fuente, el origen del cual provenimos. Al transitar el mismo camino, en sentido contrario, se repelen las energías negativas que aún se oponen en nosotros a entrar en unidad con todo lo que vive.

 

El regreso se realiza a ojos vendados y sirve para hacer conciencia sobre la forma en que estamos caminando en la vida, sobre la energía con la que contribuimos al orden o caos del universo.