La famosa casa de chocolate Lindt inauguró en Zúrich, Suiza, con la presencia de su embajador, el tenista Roger Federer, el museo Lindt Home of Chocolate, para dar a conocer al mundo la historia, producción y legado cultural de esta delicia. Y de paso, darnos a desear la fuente de chocolate más grande del mundo, con 300 kilos de puro “gusto culposo”.
En la planta baja de este deseable recinto se puede acceder a la impresionante tienda de 492 metros cuadrados de puro chocolate, donde puedes comprar sus famosos bombones o las tabletas Lindt Excellence, entre otros manjares. O bien, sentarte a disfrutar en la primera chocolatería de la marca.
Una vez iniciado este hipnótico recorrido, vas sumergiéndote en el dulce universo del chocolate suizo de Lindt: entiendes el origen de este producto originario de América, cuyos primeros granos llevaron los españoles a Europa. También te das cuenta que ellos son los responsables de recrearlo para obtener un chocolate irresistible.
Además, por un día puedes volverte un maestro del chocolate, pues hay talleres que invitan a crear tu propio chocolate suizo. ¿Se te antoja?
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La «escandalosa» fuente
Capítulo aparte merece la fuente de tres toneladas de peso, la deliciosa atracción central de Lindt Home of Chocolate. Tiene 9 metros de altura y en la parte superior, una cuchara mezcladora que va fundiendo los mil 500 litros de chocolate.
La estructura se mueve a una antojadiza velocidad de casi un kilo de chocolate por segundo a través de tuberías que en total suman 94 metros, pero están escondidos dentro de la escultura.
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El suizo, ¿el mejor chocolate?
En la producción y procesamiento del cacao, el chocolate en Suiza tiene una larga tradición que inició en 1819, con François-Louis Cailler. Por su historia y reputación, el chocolate suizo es considerado como uno de los mejores del mundo.
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Pero, ¿en realidad es así? Fueron ellos quienes tuvieron la bendita idea de fusionar el cacao con la leche. También en Suiza se logró patentar una textura especial, cremosa, llamada “conchado” que permite que el chocolate se funda en boca. Por eso, el chocolate suizo es uno de nuestros preferidos. ¿Y el tuyo?
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