Costa Rica apuesta por los arrecifes artificiales para recuperar su vida marina

Ha sumergido estructuras de cemento marino de casi media tonelada de peso

Proyecto de arrecifes en Costa Rica
Foto: EFE

Costa Rica ha sumergido 14 estructuras tipo campana, cuyo peso es de entre 250 y 600 kilos, frente a Playa Blanca, provincia de Puntarenas (en el océano Pacífico), un sitio cinco estrellas que posee distintivo Blue Flag por la limpieza de sus aguas.

¿Para qué? “Costa Rica tiene más territorio azul que verde, y han sido más recurrentes las campañas de reforestación; pero en la parte azul, estamos en un deuda con el océano, tenemos dos costas maravillosas y pensamos que era el momento de mirar hacia el océano y ahora queremos hacerlo ‘reforestandolos océanos«, afirmó César Vargas, gerente de Relaciones Corporativas del Hotel Punta Leona, empresa que lleva a cabo el proyecto.

En efecto, estas estructuras se han transformado en hábitat para muchas especies marinas. De hecho, los arrecifes artificiales se han convertido en un paso hacia la recuperación de la vida marina en Costa Rica.

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Estos arrecifes aportan una gran cantidad de beneficios para mantener la diversidad de peces, evitar la erosión y crear un corredor de protección.

Algas, conchas y musgos se puedan adherir y crear un hábitat más amigable en estas estructuras, creadas con cemento marino, material con dos aditivos distintos que permiten la fácil adherencia de la vida marina y facilitan la oxigenación y el equilibrio del pH.

La productividad de las áreas rocosas ha sufrido alteraciones, por el cambio climático, el movimiento de sedimentos o la sobreexplotación por recursos pesqueros, han dado a conocer los expertos. Por eso, este tipo de iniciativas se convierte en un paso hacia la recuperación en Costa Rica.

Las “campanas” crean refugios, incrementan la disponibilidad del sustrato para la fijación de algas, pequeños moluscos y crustáceos que son el alimento de muchas especies marinas, además de que permiten mantener sano el ecosistema acuático.

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Proyecto innovador en Costa Rica 

Si bien el proyecto también ayuda en la sedimentación para que los elementos suspendidos en agua queden atrapados en las estructuras, tiene una “pequeña” desventaja: “el costo y la durabilidad, porque puede llegar a los 30 años”, explicó Carlos Pérez, biólogo del estatal Instituto Nacional de Aprendizaje.

Sumar 200 estructuras para crear un tipo de corredor biológico marino que permita el paso de las especies entre los arrecifes naturales que ya existen en la zona, es el objetivo de la iniciativa; la siguiente etapa paralela a los arrecifes artificiales es la colocación de cultivos de coral en sistemas especiales para que puedan crecer.

Con una clara dirección hacia el turismo sostenible y el ecoturismo marino, este proyecto permitirá a Costa Rica proteger y mantener la biodiversidad y promover la educación ambiental.

Las actividades que los viajeros podrán experimentar en la zona son esnórquel o buceo y, al mismo tiempo, aprender cómo funciona el ecosistema, la fragilidad del área marina y cómo las malas prácticas urbanas repercuten en las costas.

De acuerdo con expertos en buceo, en la zona se pueden encontrar peces loro —en riesgo de extinción—, langostas, pulpos, ostiones, cambute, tiburones punta blanca, tortugas carey, verde y lora, indicadores de que el ecosistema está sanando.

El biólogo e instructor de buceo de Dive Costa Rica, David Astudillo, señaló que “cuando la gente entra al agua permite generar consciencia de que hay otro mundo, de que los colores son distintos, el tiempo corre de otra manera y es una actividad que crea conciencia en la gente”.

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Tema pendiente

El proyecto de arrecifes artificiales, en el que también participa la organización ambientalista MareBlu, ha permitido que Costa Rica avance en la investigación marina e inicie su proceso de transformación para mantener y proteger la riqueza biológica marina.

Con base en los resultados y la respuesta positiva, el Instituto Nacional de Aprendizaje inició la creación de un Protocolo de Arrecifes Artificiales con pautas para su instalación, con estudios técnico-científicos.

En Costa Rica hay otros proyectos similares para crear arrecifes artificiales, como hundimiento de barcos o uso de estructuras de porcelana, pero las de cemento marino son únicas en esa nación. Además, el gobierno costarricense intentó en la década de 1990 un proyecto similar, pero en ese momento no se contaba con los materiales idóneos.

Nación 10 veces más grande en su territorio marino que en el terrestre, Costa Rica se ha caracterizado por su imagen internacional de impulsar el turismo sostenible y promover la protección del medioambiente.

Con información de María José Brenes/EFE