Todo comenzó con una imagen de computadora: un terreno en Tabasco, cerca de la frontera con Guatemala, llamado Aguada Fénix, revelaba una meseta artificial de entre 10 y 15 metros de altura, mil 400 metros de largo y 400 de ancho.
De inmediato los expertos liderados por Takeshi Inomata, profesor de la Universidad de Arizona, se dieron cuenta que en ese lugar estaba enterrada una construcción de un volumen mayor al de la Gran Pirámide de Giza, en Egipto, con nueve calzadas a su alrededor y que pudo haber sido utilizado para prácticas rituales.
De acuerdo con un estudio publicado en la prestigiada revista Nature, la estructura de Aguada Fénix fue construida con arcilla, algo inusual entre los mayas. Y no sólo eso, sino que quizá replantee los conocimientos que tenemos sobre la civilización del sureste mexicano y parte de Centroamérica, pues las pruebas de radiocarbono han determinado que fue edificada entre los años 1000 y 800 a.C, es decir, sería la edificación maya más antigua de la que se tiene registro.
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Pero aún hay más: Inomata cree que el hallazgo replanteará entre los académicos y científicos la idea de cómo los mayas organizaron su civilización: “Aguada Fénix muestra que las grandes construcciones se hicieron en ausencia de una élite poderosa”.
“Tradicionalmente —señaló el profesor de la Universidad de Arizona—, los arqueólogos pensaban que se desarrollaba la desigualdad social, y luego la élite, los gobernantes u otras personas poderosas organizaban grandes proyectos de construcción”, lo cual no ocurrió en Aguada Fénix.
El arqueólogo Takeshi Inomata señaló, sobre el debate de la influencia de los olmecas en la civilización maya, que sus investigaciones apuntan a que las innovaciones no siempre vienen de esta cultura y que no siempre vienen de sociedades más jerárquicas como la olmeca. pic.twitter.com/0uTfyMIPtb
— El Colegio Nacional (@ColegioNal_mx) June 26, 2020
Continúa Inomata: “esto nos habla del potencial de la colaboración humana que no necesariamente requiere un gobierno centralizado”. Idea revolucionaria para su tiempo. Y el nuestro.
Aunque aún no finaliza la investigación, Aguada Fénix se presenta como un terreno fértil de descubrimientos y cuestionamientos, pues ofrece nuevas aportaciones sobre las “dinámicas tempranas” de la civilización maya, como indicó la directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Campeche, Adriana Velázquez.
La investigadora aseguró que la investigación “puede ofrecer detalles muy importantes sobre la organización política de los mayas, su concepción del mundo y su relación con los olmecas (otra de las culturas que se desarrolló durante el periodo Preclásico de Mesoamérica)”.
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El lasér que reveló el secreto
El primer indicio de la existencia de ruinas en Aguada Fénix se presentó en 2017, cuando se realizaron pruebas con láser en el terreno; pero hasta 2019 las reales proporciones de la construcción asombraron a Inomata y su equipo.
«Fuimos a esta área buscando asentamientos primitivos, pero nos sorprendió encontrar este enorme sitio en esta etapa temprana (de la civilización maya)”, declaró.
La tecnología utilizada para “escarbar” sin remover el terreno fue la llamada Light Detection and Ranging (Lidar) que, a través de láseres lanzados desde helicópteros, permite obtener un mapa preciso de los sitios.
Noticias de arqueología:
1/ Un grupo de arqueólogos dirigidos por Takeshi Inomata, de la Universidad de Arizona, en el marco del Proyecto Arqueológico del Usumacinta Medio, ha realizado con la tecnología LIDAR (un método de detección remota con láser) una estructura monumental⤵️ pic.twitter.com/k8180UYEVv— 🏛 Omnis Ars 🏛 (@ars_omnis) June 16, 2020
Con información de BBC Mundo