Remada nocturna: Una experiencia iluminada por los manglares de Veracruz

La travesía dura dos horas, la cual finaliza con una lunada en la Isla de las Conchas.

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Remada nocturna
Foto: Sander van der Werf/Shutterstock.com

Si tu alma es aventurera, entonces tienen que vivir la experiencia de una remada nocturna entre manglares, para descubrir qué atesora este ecosistema cuando el Sol cae y la Luna ilumina la noche. El punto de encuentro es el pueblo de Mandinga, en Veracruz, cuyo vocablo es de origen africano, el cual hace referencia a un Dios oscuro. Claro, es mera coincidencia, ¿no te parece?

La comunidad se ubica a 15 minutos de Boca del Río, rodeada de manglares, lagunas e islotes, que tienen una composición biológica de agua dulce y salada, además de una exuberante vegetación, que apoya en la conservación de una rica y variada vida silvestre, que probablemente saldrá a tu encuentro, durante una remada nocturna por estos lares. 

Próximos al área de mangles que embellecen el poblado de Mandinga, un grupo de guías te estará esperando para emprender el tour por cada uno de sus rincones. En el lugar se encuentra listo todo el equipo a utilizar: chalecos salvavidas, cascos con lámparas integradas, remos y kayaks iluminados con luz fluorescente

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¿En qué consta la remada nocturna?

Los expertos te guiarán a través de un recorrido de dos horas, que se divide en dos partes: primero se realiza una remada nocturna entre los manglares: mientras avanzas, podrás escuchar los sonidos de la naturaleza, admirar la flora y fauna que se hacen presentes en medio de la noche, mientras el cielo despejado permite observar el esplendor de la Luna y el brillo intenso de las estrellas. 

La experiencia se complementa con la segunda parte de esta travesía, que consiste en tomar el camino hacia la Isla de las Conchas, donde los guías han preparado una lunada, acompañada de una fogata para disfrutarás de historias, leyendas, anecdotas y aprenderás sobre el hábitat que has explorado.

Después de compartir un gran momento, hay que retomar la remada nocturna para regresar al punto de partida. Si bien en Mandinga no hay playas, sí puede regresar con la intención de conocer cada uno de sus puntos naturales, uno de los más visitados es la laguna que lleva su nombre, rodeada de restaurantes para degustar ricos mariscos, en compañía de músicos y bailarines locales

Ubicación:

Costo: 

Desde 600 pesos por persona

Mayor información:

Página de turismo de Veracruz